Un ‘conflicto’ es un fenómeno consustancial a la vida social. Presente históricamente en todas las culturas, es producto de divergencias entre personas o grupos sociales que poseen diferentes intereses o valores (Silva García, 1996). Este proceso de interacción contenciosa entre actores, colectivos e instituciones pretende, para una de las partes, la búsqueda de cambio o la defensa de una situación existente (PNUD-UNIR, 2011). Dicha conflictividad tiene un riesgo: puede acarrear una escalada de violencia que afecte los derechos fundamentales de las personas y los colectivos involucrados, por lo que es importante orientar su gestión a brindar políticas públicas concretas para su prevención y/o solución.
En este marco, el 2016 se realizó un taller regional para intercambiar buenas prácticas sobre intervenciones defensoriales en conflictos sociales que contó con la participación de los representantes de las Defensorías del Pueblo de Bolivia, Colombia, Brasil, Ecuador, Argentina, Guatemala, El Salvador y Portugal. Además, se conformó un grupo temático sobre conflictos sociales que promueve la investigación, el intercambio y la reflexión en torno a las buenas prácticas de intervención. Como resultado de este trabajo, se elaboró, en primer lugar, un documento sobre la metodología para la intervención en conflictos sociales de las Defensorías del Pueblo integrantes de la FIO y para la identificación de prácticas institucionales de las oficinas de Ombudsman respecto a la conflictividad social.
Por otro lado, con el objetivo de identificar los enfoques institucionales, modelos y prácticas de intervención de las Defensorías del Pueblo en conflictos sociales, también se produjo un estudio comparativo sobre el rol del Ombudsman en los conflictos sociales.
Estamos seguros de que estos trabajos no solo recogen la valiosa experiencia institucional de las oficinas de Ombudsman de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Guatemala, El Salvador y Portugal, sino que también han ayudado a consolidar el grupo temático FIO sobre conflictos sociales, contribuyendo a fortalecer sus lazos y a colaborar en la construcción de procesos regionales en Iberoamérica.
Este trabajo ha sido posible gracias a la contribución de los técnicos y funcionarios de las instituciones miembros, al respaldo de la Federación Iberoamericana del Ombudsman y al apoyo comprometido de la cooperación alemana para el desarrollo, implementada por la GIZ quien a través del Proyecto de Fortalecimiento de los Miembros de la Federación Iberoamericana del Ombudsman han sumado esfuerzos y propósitos para este entregarles este trabajo.