Con la presencia de las más altas autoridades de los poderes del Estado y a setenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), el INDH hizo entrega de su Informe Anual Situación de los DDHH 2018.
La actividad de presentación se llevó a cabo en la Escuela Salvador Sanfuentes y participaron en ella –entre otras autoridades- el Presidente de la Corte Suprema Haroldo Brito; el Ministro de Justicia, Hernán Larraín, quien acudió en representación del Presidente Sebastián Piñera; el senador Alfonso De Urresti; y el diputado Jaime Mulet, primer vicepresidente de la Cámara de Diputados, además de autoridades del Estado, diplomáticos, y organizaciones de la sociedad civil.
En la ocasión la directora Consuelo Contreras hizo énfasis en la conmemoración de las siete décadas de la DUDH, señalando que la voluntad de acuerdo de los Estados en favor de los pueblos, sumado a las largas luchas de los movimientos sociales, crearon este cuerpo jurídico vinculante.
“Con demasiada frecuencia escuchamos discursos que desprecian el valor de los derechos humanos. Y con demasiada frecuencia también somos testigos de cómo se ha guardado silencio ante esos desprecios e incluso se ha relativizado su gravedad. Atacar los derechos humanos es socavar la democracia”, agregó la directora del INDH.
En referencia a la importancia para el INDH de las organizaciones de la sociedad civil, Consuelo Contreras señaló que “el INDH, como organismo autónomo del Estado, ha asumido la colaboración con la sociedad civil como un pilar fundamental de su misión y eje transversal para actualizar sus prioridades y sustentar la pertinencia y oportunidad de las acciones que emprende”, entre ellas el Informe Anual de Derechos Humanos.
Informe 2018
Este año el Informe contiene siete capítulos, definidos en un proceso de discusión y consultas del Consejo del INDH, abordando temas de interés permanentes, otros que forman parte del debate público y un capítulo denominado de temática emergente.
El primer capítulo aborda la situación de la “Violencia hacia las mujeres rurales e indígenas: invisibles y marginadas”, dando cuenta de los escasos datos estadísticos, sistemáticos y desagregados, que poseen los organismos del Estado para establecer políticas adecuadas para este segmento de población, convirtiéndose en una demanda urgente para cerrar las brechas políticas entre el mundo urbano y rural.