SINALOA: El Ombudsman de Sinaloa, Dr. Juan José Ríos Estavillo, asume la presidencia de la FMOPDH

Durante la XXXIX Asamblea General Ordinaria y Congreso Nacional de la Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos, (FMOPDH) fue designado por aclamación como Presidente de la Federación para el periodo 2013- 2015, el Ombudsman de Sinaloa, Dr. Juan José Ríos Estavillo.

La nueva mesa directiva queda integrada por el Titular de la CEDH Veracruz, Mtro. Luis Fernando Perea Escamilla, como Secretario; CEDH Tabasco, Dr. Jesús Manuel Argáez de los Santos, como Tesorero; CEDH Campeche, Mtra. Ana Patricia Lara Guerrero, Vicepresidenta de la Zona Sur; CEDH Sonora, Lic. Raúl Arturo Ramírez Ramírez, Vicepresidente Zona Norte; CEDH Zacatecas, Dr. Aranulfo Joel Correa Chacón, Vicepresidente Zona Oeste y de la CEDH Puebla, Mtro Adolfo López Bonilla, Vicepresidente Zona Este.

En su discurso, el Presidente de la FMOPDH 2013-2015, Ríos Estavillo, agradeció el compromiso que hasta el día de hoy ejerció la mesa directiva saliente a cargo del Maestro Huicot Rivas Álvarez, Presidente de la Comisión del Estado de Nayarit.

Recalcó también, que bajo el impulso inquebrantable y liderazgo permanente del doctor Raúl
Plascencia Villanueva, Presidente de la CNDH, todos han sido parte de éste ánimo de aplicar los principios esenciales de los derechos humanos bajo el tamiz de un nuevo sistema ratificado por la importante reforma constitucional de junio de 2011.

«Por tal, las y los ombudsman mexicanos debemos cumplir con una finalidad colectivista
democrática, que se patentiza a través de dos órdenes: uno federal/nacional reconocido a través del importante liderazgo que constitucionalmente asume el doctor Raúl Plascencia Villanueva, nuestro ombudsman nacional; y por otra, bajo la misma directriz federalista, cada uno de nosotros, en el ámbito de nuestra competencia estatal bajo las vertientes de la unión». Recalcó.

El reto como autoridades garantes no jurisdiccionales de derechos humanos, debe ser asumido con la fraternidad y racionalidad que se manifiesta a través de la Federación Mexicana de Organismo Públicos de Derechos Humanos.

 

 

Palabras de Juan José Ríos Estavillo 

 

RESPETABLE DR. RAUL PLASCENCIA VILLANUEVA, PRESIDENTE DE LA COMISION NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

DISTINGUIDAS PRESIDENTAS, PRESIDENTES Y PROCURADORES DE DERECHOS HUMANOS DE LAS ENTIDADES FEDERATIVAS DE NUESTRO PAIS

CON EL MISMO APRECIO SALUDO A LOS VISITADORES GENERALES, SECRETARIO TECNICO DEL CONSEJO CONSULTIVO DE LA CNDH Y COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS DE OFICINAS OMBUDSMAN LOCALES COMO AL PUBLICO QUE NOS ACOMPAÑA.

Antes de iniciar estas palabras de agradecimiento y compromiso ante ustedes, deseo felicitar a las y los distinguidos compañeros que hasta el día de hoy ejercieron un importante desarrollo al interior de la Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos (FMOPDH), ocupando las diversas carteras administrativas en que desempeñaron de manera eficiente y entusiasta tales cargos, en especial al Maestro Huicot Rivas Álvarez, Presidente de la Comisión del Estado de Nayarit.

Nos encontramos viviendo los integrantes del Sistema Nacional No Jurisdiccional Garante de los Derechos Humanos en nuestro país, una de las etapas más importantes en la historia moderna de México.

Bajo el impulso inquebrantable y liderazgo permanente del doctor Raul Plascencia Villanueva, Presidente de la CNDH, todos hemos sido parte de éste ánimo de aplicar los principios esenciales de los derechos humanos bajo el tamiz de un nuevo sistema ratificado por la importante reforma constitucional de junio de 2011.

Ante ello, el ejemplo de responsabilidad pública que el Ombudsman nacional ha dado en toda la República Mexicana, nos anima a participar en una de las acciones de servicio más nobles que cualquier servidor público puede ostentar: ser autoridades en materia de promoción, respeto, protección y garantía de los derechos fundamentales de las personas en nuestro país.

Sin embargo, como todo proceso de cambio implica nuevos métodos generalmente de justicia, el tramo recorrido durante estos primeros años de cambio no han sido fáciles.

Estamos viviendo tiempos en los cuales pareciera que todos tenemos mucha prisa por ajusticiarnos mutuamente. Los cauces y expectativa de vida nos provocan en muchos casos ausencias de solidaridad humana.

Anteponemos en muchos casos los atributos humanos en vez de los derechos humanos para resolver conflictos.

Anteponemos el temor y la fuerza en vez de ponderar el diálogo y la razón.

Nuestro argumentos los queremos imponer con las mecánicas de la fuerza en vez de usar el democrático poder de la razón y de ley.

Por otro lado también tenemos el avance tecnológico que en muchos casos nos impacienta y provoca en ocasiones que las brechas generacionales no encontremos vías de diálogo o de persuasión, y otra vez aparece la sin razón de la impaciencia por lo que la prudencia y los diseños institucionales se vuelven a ver rebasados por la algarabía del grito y el pasado que condena.

Los postulados de los derechos humanos se pueden resumir en dos: busca atender las causas teleológicas de la persona y necesita a su vez de una institución demócrata que garantice el juzgamiento debido a los conflictos que producen las relaciones del poder.

Pero a la vez, la justicia en la persona se dice, tampoco es absoluta. Son tantas las causas que provocan las actitudes humanas, que muchas de ellas nos resultan irracionales.

La violencia por ejemplo, es una expresión irracional.

Si bien es cierto se ha señalado que ante problemas irracionales, soluciones irracionales, también es cierto que el Estado moderno pretende garantizar a través de ciertos diseños institucionales, la formalidad de la razón y del derecho a través de organismos públicos
que garanticen un mínimo de coincidencias, entre ellas la imparcialidad. 

Esta función de Estado, se ha depositado en nuestro país a la institución que conformamos cada uno de nosotros como República federal: el Ombudsman o defensor del pueblo o comisionado, presidente o procurador de derechos humanos.

Desde nuestro punto de vista los puntos de partida de esta institución, son 3:

1. Al no ejercer actos de gobierno, no es instancia de tal orden; por tanto, no forma parte de alguna representación del poder público gubernamental.
2. Al no ser organismo de la sociedad, tampoco debe juzgar con las libertades o las metodologías que la razón cotidiana, generalmente del agraviado de un acto de poder, emite en razón de su esperanza o su aspiración humana.
3. Este órgano de Estado, el cual tiene que colocar su función al servicio de la legalidad, al momento en que juzga tiene que colocar a las partes en conflicto en el mismo nivel, por más poderosas o desiguales que sean una de la otra, y el fundamento de esta colocación, ni lo alimentan los agravios ni lo construye la venganza. Lo da la Constitución.

Por tal, las y los Ombudsman mexicanos debemos cumplir con una finalidad colectivista democrática, que se patentiza a través de dos órdenes: uno federal/nacional reconocido a través del importante liderazgo que constitucionalmente asume el doctor Raúl Plascencia Villanueva, nuestro Ombudsman nacional; y por otra, bajo la misma directriz federalista, cada uno de nosotros, en el ámbito de nuestra competencia estatal bajo las vertientes de la unión.

El reto como autoridades garantes no jurisdiccionales de derechos humanos, debe ser asumido con la fraternidad y racionalidad que se manifiesta a través de la Federación Mexicana de Organismo Públicos de Derechos Humanos.

Ante temas que hoy día enfrentamos como la trata de personas, el arraigo, la desaparición forzada, la discriminación recurrente, la tortura, el uso indebido de la función o fuerza pública, entre otros temas de la agenda nacional como estatales, la formación de una verdadera cultura de derechos humanos resulta un incentivo que estoy seguro, asumimos todos con responsabilidad. 

Sin embargo, más allá de las diferencias que encontramos en los ordenamientos legales estatales, tenemos que ser plenamente conscientes de la necesidad de preservar nuestra condición de entes autónomos con capacidad de garantizar la vigencia plena del Estado de derecho, el imperio de la constitucionalidad y, en consecuencia, la legitimidad de la vida institucional.

Esto es, justamente, lo que nos confiere espíritu de cuerpo, y lo que nos debe permitir también seguir haciendo una importante contribución a la construcción de una sociedad plenamente moderna.

Nos confiere identidad el propósito común y compartido de fortalecer el marco legal, para asegurar que el quehacer de las instituciones, de sus servidores públicos en el ejercicio de sus funciones y responsabilidades, se apegue estrictamente a la norma y que las desviaciones se corrijan para garantizar la vigencia de la ley.

Ahí reside la fortaleza y la autoridad moral de nuestras comisiones. No defendemos, como organismos constitucionalmente autónomos, más que la posibilidad de una convivencia civilizada y respetuosa para, como lo han ratificado el Ombudsman nacional y los estatales, cumplir con nuestra misión principal de atender necesidades torales tanto del Estado como de la sociedad en general.

En esta perspectiva, uno de los objetivos principales que tenemos que impulsar desde la FMOPDH, es la cooperación y ayuda mutua.

Aprovechar mejor sus ventajas y fortalecer la unidad y la coordinación de tareas, debe ser un propósito común y compartido.

En la unidad se erige nuestra mejor fortaleza frente a fuerzas que desearían, lejos del espíritu de colaboración que debe prevalecer en las relaciones con instituciones estatales, una posición subordinada que termina por desnaturalizar y vaciar de contenido el papel de equilibrio
entre poderes que nos confiere nuestro máximo ordenamiento legal.

Esa es la unidad que necesitamos y queremos de cara al futuro de la democracia en nuestro país; una unidad consciente, activa, construida desde nuestro ámbitos competenciales, desde cada una de nuestras comisiones estatales hacia la comisión nacional para que juntos, podamos seguir contribuyendo al fortalecimiento del orden democrático en nuestro país.

 

FUENTE: Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sinaloa