La discriminación racial y étnica es un fenómeno cotidiano que impide el progreso de millones de personas en todo el mundo. El racismo y la intolerancia pueden adoptar diversas formas: desde la negación de los principios básicos de igualdad de las personas hasta la instigación del odio étnico que puede llevar al genocidio, todo lo cual puede destruir vidas y fraccionar comunidades.
Un claro ejemplo de estas acciones es la Masacre de Sharpeville, hecho que conmocionó al mundo. El 21 de marzo de 1960 alrededor de 6000 personas se congregaron en la ciudad sudafricana de Sharpeville para manifestarse contra las leyes que restringían su libertad de circulación. La policía disparó contra la multitud sin previo aviso, mató a 69 personas e hirió a otras 180.
Al respecto, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo, como el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial (resolución A/RES/2142 (XXI) 1966); con el objeto de evitar sucesos como los que se dieron en 1960 en Sharpeville, Sudáfrica. Así es como cada año, Naciones Unidas, recuerda a la comunidad internacional, la importancia de llevar a cabo acciones para erradicar la discriminación racial, la xenofobia y todas las formas de intolerancia.
Además, Naciones Unidas pretende con este Día recordarnos la responsabilidad colectiva de promover y proteger los ideales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo primer artículo afirma que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Es importante señalar que en nuestro país, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 1°, prohíbe cualquier tipo de discriminación motivada por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidades, condición social y de salud, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana.
FUENTE: Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí