Desde hace varios años México a través de su gobierno prepara el gran festejo del bicentenario de la Independencia y con menos intensidad el centenario de la Revolución Mexicana, pero el objetivo es involucrar a los mexicanos a este sentimiento de fiesta y celebración a través de diferentes estrategias de comunicación y que ahora efectivamente nos tienen inmersos en el Bicentenario. Pero aparte de recordar lo que sucedió hace 200 o 100 años ¿qué vamos a festejar?
En la historia de México los ciclos se cierran cada 100 años, por una necesidad de rectificar el camino en una realidad insostenible Hoy en México no hay mucho que celebrar cuando en Chihuahua el mensaje pareciera ser “vender droga o morir”, ciudad donde los negocios de restaurantes y bares cerraron sus puertas debido a la amenaza del narco y donde los taxistas suspenden su servicio por miedo.
¿Qué festejamos cuando la semana anterior se descubrieron los cuerpos de 72 indocumentados – 58 hombres y 14 mujeres – que al parecer fueron fusilados con ráfagas de armas de alto poder? ¿Qué festejamos cuando vemos que una institución tan importante para muchos mexicanos, como la Iglesia Católica, en voz de su Cardenal Juan Sandoval Íñiguez mantiene un enfrentamiento con la SCJN y el Gobierno Federal, polarizando aún más a la sociedad?
El gran cuestionamiento que hacen muchos sectores a la estrategia del Presidente Calderón de combate al narco, inclusive ahora que el Presidente es parte de la red social del twitter y que no la ido muy bien en las críticas, nos hace pensar si existe un debilitamiento de la figura presidencial o en realidad el Presidente ya está cansado con algún grado de desesperación.
En verdad deseo que no sea así y que las propuestas que hemos escuchado últimamente sobre diversos temas, sean producto de un ejercicio que busca resolver la situación que vive nuestro país. Me refiero a propuestas como la legalización de la marihuana o la creación de una policía “única”, mismas que en lo personal no comparto.
A lo anterior hay que sumar que a unos días del gran festejo, muchos mexicanos se han visto afectados con la desafortunada situación en la que se encuentra una de las principales aerolíneas de nuestro país: Mexicana de Aviación. Esta empresa privada ha suspendido sus actividades, perjudicando a miles de pasajeros y dañando la imagen de México en el exterior.
Otro factor que contribuye al deterioro de la imagen del país son las agresiones a periodistas (580 en los últimos diez años según la CNDH), lo que provoca preocupación en todos los mexicanos.
Por eso muchos mexicanos nos emocionamos con el triunfo de Jimena Navarrete en el certamen de Miss Universo, porque necesitamos escuchar buenas noticias. Asimismo, requerimos ganadores que contribuyan a la solución de los grandes problemas nacionales, que transformen positivamente nuestra realidad y nos den una emoción más duradera. Sólo así podremos festejar el presente y no sólo añorar el pasado.
FUENTE: CEDH de Querétato, México.