PERÚ: La Defensora del Pueblo se solidariza con el pueblo mexicano

VIVA MÉXICO

Cada 5 de mayo, los mexicanos celebran un nuevo aniversario de la Batalla de Puebla de 1862, cuando México se unió todo, incluidos civiles, indígenas y militares, para enfrentarse al ejército invasor, quizás el más experimentado y poderoso de aquellos años, y demostró al mundo que la unión y el amor por su tierra serán siempre más fuertes que la arrogancia y la banal ambición por el poder. En la actualidad, todos los ciudadanos de México se unen nuevamente para luchar contra un “enemigo” que, esta vez, amenaza a la humanidad.

México y el Perú no somos pueblos extraños, literalmente hablando. Estoy segura de que muchos peruanos consideran a la cultura mexicana como propia. Cada peruano sabe por qué ama a México, incluso más que a otros países más cercanos, geográficamente hablando. Estoy segura de que cada peruano sabe mucho más de México que de otros países, y todo peruano que haya estado en México sabe que está en casa, y así lo siente.

En estos momentos, cuando México es amenazado por una epidemia, se ve estigmatizado por países hermanos que han establecido serias limitaciones de tránsito desde y hacia México.

Estas medidas –calificadas como innecesarias por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- exacerban la discriminación y el rechazo, y agudizan la absurda segregación y el racismo contra un pueblo hermano. De la misma manera es inaceptable que se haya restringido el derecho de nuestros connacionales a retornar a su país. No permitamos que sobre la base del miedo, y no de la ciencia, se limiten libertades y se cierren fronteras. No se puede convertir a México en un nuevo Orán, la ciudad invadida por la peste en la célebre novela del escritor Albert Camus.

Si un país de América Latina ha abierto los brazos en forma permanente a todos los de la Región, ese país ha sido México, en donde han encontrado cobijo y franca amistad cientos de científicos, intelectuales, artistas y perseguidos políticos.

El México que yo celebro es el país que, como el Perú, es sede de grandes culturas, el país que es un ejemplo de lucha por darle espacio a la multiculturalidad, que nos enseña cómo respetar a sus culturas originarias, el país que siente alegría y orgullo por lo propio y no por lo extraño, y que, como Ombudsman, considero un modelo a seguir.

El México que yo amo es el de Octavio Paz, de Carlos Fuentes, de Diego Rivera, de Juan Rulfo y Frida Kahlo, de sus músicos y cantantes, de sus actores cinematográficos, el de la Virgen de Guadalupe, el de las grandes culturas que trascienden los tiempos, el México que es un referente cultural en la vida de América Latina.

La fe, las convicciones y los principios no son pertinentes sólo para los momentos en los que todo es felicidad. Lo son, precisamente, para los complejos trances en los que nos ponemos a prueba para enfrentar las crisis.

Como reza el antiguo proverbio, la amistad, como el oro, se prueba a altas temperaturas. México debe saber que somos muchos los peruanos y peruanas que nos sentimos dolidos por la tragedia que vive y que abrimos nuestros brazos solidarios para ayudarlo y acompañarlo en este momento difícil. 

Por Dra. Beatriz Merino, Defensora del Pueblo de Perú y Vicepresidenta de la Federación Iberoamericana de Ombudsman.

Fuente: Defensoría del Pueblo del Perú, artículo publicado en la sección de opinión del diario «El Comercio», el 5 de mayo de 2009.