La directora de la oficina de la Infancia y la Adolescencia del Ararteko Elena Ayarza ha participado en Oviedo en el XI Congreso Estatal de Infancia Maltratada, encuentro que la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil (FAPMI) organiza desde 1998 con carácter bianual.
En esta ocasión el título del Congreso fue Construyendo puentes entre investigación y práctica, en clara alusión a uno de sus principales objetivos: construir un foro de encuentro entre los principales grupos de investigación y los responsables políticos, técnicos y profesionales que intervienen en programas de protección infantil y en sus sistemas relacionados. 15 ponencias plenarias, 16 simposios con 61 exposiciones y 15 mesas de comunicaciones con más de 70 presentaciones, además de 2 decenas de posters y un espacio de participación infantil tuvieron cabida a lo largo de tres jornadas de trabajo.
Desde este marco de intercambio de conocimiento y relaciones, la Oficina de la Infancia y la Adolescencia del Ararteko fue invitada a participar como un referente significativo en el ámbito de la garantía de derechos de los menores extranjeros no acompañados (MENAS), realidad con la que esta institución se «topa» en la frontera del nuevo siglo, cuando comienzan a llegar a nuestras tierras y a engrosar el colectivo de chicos y chicas en desamparo, y sobre la que se ha pronunciado públicamente en reiteradas ocasiones y sobre cuestiones diversas.
En todo caso, en esta ocasión, la directora de la Oficina centró su intervención en el momento de salida de los recursos de infancia por mayoría de edad, momento que, a tenor de las quejas recibidas a lo largo de 2012, no está siendo bien resuelto en todos los casos.
Su segunda intervención se situó en el simposio titulado Una nueva mirada hacia la infancia desde un enfoque basado en los derechos. Ahí compartió la experiencia de trabajo en el ámbito de la infancia desde los inicios de la institución del Ararteko en 1985 hasta la actualidad de la Oficina de la Infancia y la Adolescencia, y donde la visión de los niños y niñas como sujetos de derechos ha ido sustituyendo a su consideración exclusiva como objetos de protección.
FUENTE: Ararteko