En el Día Internacional de las Personas con Enfermedades de Sensibilización Central, la institución del Ararteko desea mostrar, una vez más, su solidaridad y empatía con todas las personas que padecen Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica, Sensibilidad Química Múltiple, Electrohipersensibilidad, etc., así como con tantas otras de su entorno familiar y social que se ven afectadas de manera directa.
El abordaje adecuado de estas enfermedades crónicas exige que las administraciones concernidas ofrezcan una atención integral en los ámbitos sanitario y social; favorezcan la adquisición de productos de apoyo; garanticen la formación de las y los profesionales de los servicios públicos de atención directa; promuevan la prevención; investiguen sobre su etiología y tratamiento; impulsen la protección y mejora del medio ambiente, así como la creación de espacios blancos y contemplen en sus actuaciones los principios de precaución, transparencia e información ambiental, entre otras medidas.
Las personas afectadas por estas enfermedades son miembros de pleno derecho de la comunidad a la que pertenecen, lo que obliga a los poderes públicos a garantizar las condiciones que posibiliten un efectivo ejercicio de los derechos de los que son titulares.
Su problemática -grave, incapacitante en muchos casos e injustificadamente desconocida- ha de aflorar para generar espacios de reflexión y adopción de las medidas oportunas.
Desde la institución del Ararteko llevamos un tiempo intentando suscitar la asunción de compromisos por parte de nuestras administraciones y es cierto que hemos registrado algunos avances, especialmente en la atención a las personas con fibromialgia y fatiga crónica: aplicación de protocolos de actuación, formación de profesionales y participación de pacientes.
Sin embargo, es largo el camino que queda por recorrer en este ámbito y de manera especial con relación a las personas aquejadas de sensibilidad química múltiple y electrohipersensibilidad, en cuya atención apenas percibimos mejora alguna. Su situación social es extremadamente preocupante.
Quiero reiterar la necesidad de priorizar la adopción de medidas dirigidas a la adecuada atención de las personas afectadas por estas enfermedades de sensibilización central.
Junto a la responsabilidad de los poderes públicos también se encuentra la de los ciudadanos y ciudadanas: no podemos eludir nuestro deber de comprender, reconocer e integrar a estas personas, así como contribuir, mediante un consumo responsable y prácticas respetuosas con el medio ambiente, a la mejora de su calidad de vida, que también es la nuestra.
FUENTE: Ararteko