Cada año, miles de niñas, niños y adolescentes en nuestro país son víctimas de la trata de personas con fines de explotación sexual. Este delito constituye un grave atentado contra los derechos humanos y un ultraje contra los sectores más vulnerables de la población.
Frente a esta penosa realidad, resulta urgente alzar la voz para exigir un alto a la explotación sexual. Por este motivo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que preside el doctor Raúl Plascencia Villanueva hace un llamado a las autoridades, a enfrentar decididamente la explotación sexual infantil. Para ello, es preciso cumplir y hacer cumplir las leyes.
En particular, las autoridades encargadas de la procuración e impartición de justicia deben allegarse las herramientas necesarias para identificar los casos y brindar a las víctimas de estos delitos la atención adecuada. Asimismo, deben llevar a cabo las investigaciones con eficiencia, eficacia y celeridad, a fin de castigar a los delincuentes.
Por otra parte, resulta indispensable que las diversas instancias de gobierno continúen impulsando acciones de prevención, para evitar la comisión de estos delitos. Al mismo tiempo, hace falta redoblar esfuerzos para lograr la atención efectiva de niñas, niños y adolescentes que pudieran ser víctimas de estos delitos.
En este sentido, la CNDH contribuye, mediante la capacitación de servidores públicos de los tres órdenes de gobierno, incluyendo al personal de los sistemas estatales y municipales para el Desarrollo Integral de la Familia, en el fomento del respeto a los derechos humanos.
P La Comisión Nacional de los Derechos Humanos hace también un llamado a los prestadores de servicios, en especial en el sector turístico y de transportes, para que contribuyan a erradicar este delito mediante acciones de prevención y colaborando con las autoridades en la detección e identificación de posibles víctimas de este delito. En particular, urge adoptar una política de «tolerancia cero» a la explotación infantil.
Particular atención debe prestarse en los períodos vacacionales, en que se registra un aumento del turismo, lo cual puede también propiciar un incremento en el flujo de «turistas sexuales».
Ninguna persona puede ser indiferente a estas prácticas, y al dolor que sufren tantas niñas y niños en nuestro país. Por ello, la población debe estar alerta y denunciar cualquier situación sospechosa.
FUENTE: Comisión de Derechos Humanos de México