Con motivo de la celebración del Día Internacional Contra la Pena de Muerte, el Doctor Raúl Plascencia Villanueva, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, reitera su absoluto rechazo y oposición a la aplicación de la pena de muerte, porque no existe justificación alguna para atentar contra el derecho a la vida, la dignidad y la integridad de las personas.
La vida representa el bien jurídico más valioso, fundamento de los ordenamientos constitucionales que lo reconocen y amparan como valor esencial e interés social supremo, por lo que las naciones tienen la obligación de velar por su total protección.
Se trata de una pena intolerable de imposible reparación, y cuya aplicación acompaña serias violaciones a los derechos humanos de las personas, y que por otra parte, ha demostrado su ineficacia en la disminución de índices delictivos en países que la practican. Por ello y en el marco de sus atribuciones, reitera su compromiso para continuar los esfuerzos para su abolición.
A la fecha, esta pena ha sido abolida en 140 países: en 99 de ellos en todos los delitos; 8 países la han abolido para delitos comunes y 33 han respetado una moratoria en las ejecuciones. Sin embargo en 58 naciones se sigue aplicando.
Tema de enorme trascendencia para nuestro país, ya que actualmente 62 connacionales están condenados a la pena capital: 59 en los Estados Unidos y 3 en Malasia. Por ello, la CNDH cuenta con el Programa contra la Pena de Muerte de Mexicanos en el Extranjero, cuyo propósito es identificar los casos de connacionales que hayan sido sentenciados a la pena capital en el extranjero, así como llevar el seguimiento del estado procesal de los mismos, con apoyo de la Cancillería, y verificar que reciban la debida asistencia consular y jurídica por parte de dicha dependencia, así como que a sus familiares se les proporcione la orientación y asesoría jurídica que requieran.
FUENTE: Comisión Nacional de Derechos Humanos de México