Un obstáculo importante para que las mujeres puedan ejercer sus derechos es la violencia de género, que las coloca en riesgos de salud, limita sus posibilidades de acceso a recursos, a servicios, a tomar decisiones, y a participar de manera activa en procesos ciudadanos, sostuvo la asociación Salud Integral Para la Mujer (SIPAM).
Lo anterior fue destacado en el proyecto «Mujeres promotoras actuando por el ejercicio de sus derechos», que desarrolló SIPAM con el apoyo de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), el cual fue coordinado por Diana García Ordóñez.
La asociación explicó en que si bien en el Distrito Federal existen unidades de atención y prevención de la violencia familiar, las mujeres de las comunidades más alejadas del centro de la ciudad requieren estrategias y espacios accesibles a sus condiciones de vida, así como generar redes que garanticen la impartición de justicia.
Señaló que los espacios más cercanos y accesibles a las mujeres son comúnmente los Centros de Salud, pero en general estos espacios no cuentan con personal de apoyo sicológico o capacitado para atender y canalizar situaciones de violencia y de violación de derechos humanos.
De tal manera consideran pertinente impulsar los procesos de organización comunitaria entre mujeres a través de los grupos de reflexión para mejorar sus condiciones de vida y establecer relaciones equitativas y de respeto a sus derechos humanos.
SIPAM enfatizó en que la relación y ámbito donde se viven mayor violencia las mujeres, incluida la violencia sexual, es en las relaciones de pareja. Indicó que según el INEGI cuatro de cada diez mujeres que tienen o tuvieron una pareja heterosexual han sido agredidas por él en algún momento de la relación. El segundo ámbito de mayor violencia son los espacios comunitarios o públicos, 42% de las mujeres han experimentado actos de violencia sexual por desconocidos.
Ante tal panorama, SIPAM estimó que la capacitación a promotoras de derechos humanos sobre procesos de atención jurídica y las sensibilización sobre procesos emocionales en mujeres en situación de violencia es una herramienta que permite capitalizar dentro de las comunidades la función y experiencia de las mismas.
El objetivo del proyecto es incrementar las habilidades de mujeres promotoras de derechos humanos a través de grupos de reflexión para fomentar el desarrollo comunitario, el acceso a la justicia y la exigibilidad de los derechos de las mujeres desde un enfoque de género y de derechos humanos.
Los grupos de reflexión, asevera SIPAM, rompen con el asilamiento, contextualizan la violencia como un problema social y no individual por lo que las estrategias de abordaje están colocadas en los procesos colectivos, institucionales y favorecen que las mujeres identifiquen sus recursos personales para enfrentar la violencia.
FUENTE: Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal de México