Debido al incremento de la violencia que se ejerce hacia las mujeres, principalmente contra niñas, adolescentes y jóvenes de la colonia Guerrero y el Barrio de la Lagunilla, la Organización Centros de Prevención Comunitaria Reintegra desarrolló un proyecto educativo que promueve la perspectiva de género y de derechos de estos grupos en situación de riesgo.
Dicho proyecto fue llevado a cabo a través del «Programa de Fomento a Iniciativas Ciudadanas en Materia de Educación y Promoción de los Derechos Humanos en el Distrito Federal 2012», el cual apoyan la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), y estuvo coordinado por María de Lourdes Martínez Reza.
El objetivo del proyecto fue fortalecer las habilidades y capacidades de esta población a través de estrategias educativas, culturales y comunitarias que favorezcan al conocimiento, la promoción, el ejercicio y la defensa de su derecho a una vida libre de violencia y a la igualdad de género.
Lo anterior, lo llevaron a cabo mediante intervenciones educativas, culturales y comunitarias para desarrollar y fortalecer habilidades sociales, cognitivas, relacionales y afectivas.
La Organización de la Sociedad Civil (OSC) hace énfasis en el alarmante incremento de la violencia de género que se ejerce contra niñas, adolescentes y jóvenes mujeres en espacios familiares, escolares y comunitarios, donde la violencia se percibe como algo natural y cotidiano, situación que atenta contra su dignidad, su integridad física y emocional.
De acuerdo con un Diagnóstico Comunitario llevado a cabo por Reintegra en 2011, en la colonia Guerrero y el Barrio de la Lagunilla se observaron 80 giros negros (bares, cantinas, salones de baile y hoteles) donde se sabe que hay venta de droga y se ejerce la prostitución. Por otra parte, la precariedad económica y la falta de oferta laboral, debilitan a la educación escolarizada como proyecto de vida sustentable, ya que ésta no garantiza el éxito laboral y la obtención de dinero de forma rápida, por lo que la población se inserta en alternativas del comercio ilegal, como venta de mercancía pirata y drogas.
Señala que debido a la dinámica social que se presenta en estas zonas, las representaciones culturales han convertido en algo cotidiano el uso de la violencia física y verbal, donde ésta se percibe como algo normal entre la población, incluso se ve como una herramienta que genera estatus y respeto, más si se ejerce contra las mujeres, quienes también normalizan la violencia en sus vidas.
Las estrategias y acciones del proyecto se enfocan al desarrollo de habilidades y capacidades sociales, cognitivas, emocionales y relacionales entre la población beneficiarias del mismo, que promueven la igualdad de género y la no discriminación. De tal suerte que también participan activamente los hombres.
Para lo anterior, se lleva a cabo un taller de sensibilización que favorece la promoción del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia de género; actividades artísticas, culturales y recreativas que permiten la construcción de espacios donde se fomenta la igualdad de género y la No violencia, así como procesos de participación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en actividades comunitarias.
FUENTE: Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal de México