En los últimos 17 años y medio (2002 y junio de 2019) Honduras registra la muerte violenta de una persona cada 116 minutos o un aproximado de 12 víctimas diarias. Además, cada año, la sequía representa daños directos a por lo menos 170,000 familias de 145 municipios en el país, la que incide sobre la seguridad alimentaria.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Roberto Herrera Cáceres, dijo hoy que la independencia nacional llama a liberar al pueblo de la pobreza, que afecta a seis de cada diez hondureños, y hacer posible su bienestar.
El Defensor del Pueblo, es del criterio que, ya es tiempo que la dignidad cese de permanecer en la retaguardia o entre los últimos temas de preocupación en los asuntos públicos y privados, y ocupe el primero que le corresponde como prioridad y fin supremo de la sociedad y del Estado.
Agregó que el CONADEH hace de la dignidad humana el estandarte de acción permanente contra la injusta realidad que continuamos viviendo y que es contraria a nuestro Estado constitucional, democrático, social y de Derecho.
Declaró que el CONADEH asumió el papel de promotores activos del cambio pacífico y que, sin perjuicio de atender crisis coyunturales, se ocupan de sensibilizar sobre las causas profundas de los problemas que, como personas, comunidades locales y comunidad nacional, enfrenta el país.
Herrera Cáceres cuestionó que las diferentes causas que generan los males públicos en el país, no han sido resueltas por la indiferencia, los vacíos y, en general, por la falta de una cultura democrática y educación en derechos humanos.
Reconoció que las actuales crisis existenciales, estructurales y coyunturales que enfrenta el país, requieren de deliberadas soluciones durables que no pueden lograrse en ninguna forma, por la desviada vía de los arreglos políticos tradicionales.
Señaló que esos arreglos políticos son formas de compartir el ejercicio del poder por el beneficio indebido que pueden derivar de mismo, más que por ponerlo al servicio de la protección y respeto de la dignidad humana de todo el pueblo, principalmente de los sectores más vulnerables.
Indicó que esa mayoría poblacional es la más afectada por la violencia, la delincuencia organizada y no organizada, el funcionamiento deficiente de los servicios públicos, la degradación del medio ambiente, las repercusiones del cambio climático, los incendios forestales, sequías, inundaciones, plagas forestales.
Un recuento de los y hechos establece que entre los años 2002 y junio de 2019 (17 años y medio), alrededor de 79,400 personas perdieron la vida violentamente en Honduras, es decir, una víctima cada 116 minutos o un aproximado de 12 víctimas diarias.
Además, en los últimos 13 años (2007/2019), Honduras ha sido escenario de unos 14 mil incendios que han afectado alrededor de 711,670 hectáreas, principalmente entre los meses de febrero y mayo de cada año. En lo que va del 2019, se reportaron cerca de 1,200 incendios en 16 de los 18 departamentos del país que han afectado, más de 71,700 hectáreas.
En Honduras, cada año, la sequía también representa daños directos a por lo menos 170,000 familias de 145 municipios en el país, la que incide sobre la seguridad alimentaria, principalmente de la niñez y otros sectores vulnerables.
Herrera Cáceres, expresó que para sustentar la paz social estable y permanente que conduzca al desarrollo sostenible del pueblo entero es urgente liberarlo del temor y de la pobreza, y dotarle de los útiles necesarios para que viva su dignidad, en un ambiente de oportunidades para su progreso económico y social, en democracia y libertad.
“La seguridad humana es el puente hacia condiciones que permitan el desarrollo sostenible personal, familiar y social de los habitantes, en paz, libertad y democracia”, puntualizó.