El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, espera que la “Operación Relámpago”, puesta en marcha por el gobierno a nivel nacional, sea un estruendo que garantice la intervención y la depuración de la policía.
Custodio calificó como una respuesta parcial la decisión del gobierno de poner en marcha la “Operación Relámpago”. En el Operativo, que inició el lunes recién pasado, participan miembros de la policía y del ejército, para devolverle la tranquilidad a una población azotada por la violencia delincuencial.
Ojalá, dijo el Ombudsman hondureño, que no solamente sea la luminosidad del relámpago sino que haya un estruendo que continúe y garantice la intervención y la depuración policial. Agregó que es un ruego que aparentemente esta siendo recibido con sordera por parte del gobierno por lo que, es en este momento, que se necesita la expresión organizada del pueblo para que el gobierno se vea forzado a intervenir y a depurar la policía.
Consultado sobre la supuesta perdida de un lote de armas CZ y Pietro Beretta de las bodegas de la policía, el defensor de los derechos humanos explicó que este es un tipo de revólver especial, diseñado para su fácil manejo y una puntería más certera por parte de quienes se supone le brindan seguridad al pueblo.
Lamentó que la pérdida de estas armas puede señalar el posible destino, en manos de sicarios. Señaló que la misma policía tiene que responder qué investigación ha hecho, qué destino y de quién depende la responsabilidad que estas armas se hayan perdido y que la policía estuviera ignorando este delito.
También se le preguntó si lo que esta ocurriendo en Honduras representa un peligro para la región, su respuesta fue contundente “en la medida en que nosotros fallamos en nuestro sistema de seguridad pública afectamos la seguridad de los países vecinos”. Custodio advirtió que el problema de la seguridad pública mal manejada pone en peligro la seguridad nacional.
En declaraciones recientes, el titular del CONADEH denunció que al menos 300 fusiles FAL y 300.000 proyectiles calibre 5.56 milímetros desaparecieron de la unidad especializada «Cobras», de la policía hondureña. A finales de 2007, se extravió otro lote de armas que consistía en 98 fusiles Pietro Beretta, 40 fusiles Gálil, 9 fusiles M-16, cinco lanzagranadas, 32 pistolas CZ y dos pistolas Pietro Beretta.
FUENTE: Comisión Nacional de los Derechos Humanos de Honduras