Honduras: Mujeres Hondureñas agobiadas por violencia, el desplazamiento forzado y la impunidad

  • Se estima que entre el 2002 y el 2018, alrededor de 6,142 mujeres perdieron la vida en circunstancias violentas, crímenes que en más del 90% de los casos se mantienen en la impunidad por falta de investigación. Se estima que solo en el 2018 murieron unas 350 mujeres bajo esa modalidad.

 El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), expresó hoy su preocupación por la situación que enfrentan las mujeres en el país agobiadas por la violencia, el desplazamiento forzado y la impunidad.

Roberto Herrera Cáceres, titular del CONADEH, expresó que el 25 de enero se conmemora el sesenta y cuatro aniversario del reconocimiento de los derechos políticos de la mujer, en Honduras, lo que marcó un hito trascendental en su lucha constante por el goce integral de sus derechos humanos.

Declaró que las mujeres son el sector poblacional que conforman más de la mitad de la población hondureña y deben tener acceso amplio a la participación en la vida política, social y económica de la Nación, en igualdad de oportunidades con los hombres, para disfrutar efectivamente de sus derechos humanos y libertades fundamentales y vivir sin discriminación, pobreza y violencia, en todas sus formas y manifestaciones.

Indicó que una causa de preocupación, para el CONADEH, son las muertes violentas de mujeres, sobre todo, por el ensañamiento, el tipo de violencia que se utiliza en cada caso y la impunidad de los mismos.

Se estima que entre el 2002 y el 2018, alrededor de 6,142 mujeres perdieron la vida en circunstancias violentas, crímenes que en más del 90% de los casos se mantienen en la impunidad por falta de investigación. Se estima que solo en el 2018 murieron unas 350 mujeres bajo esa modalidad.

Violencia contra la mujer se incrementa

En los años 2016 y 2017, el CONADEH atendió, a nivel nacional, 20,398 quejas por supuestas violaciones a los derechos humanos, de las cuales, alrededor del 40% fueron interpuestas por mujeres.

De las 8,110 denuncias presentadas por mujeres, ante el CONADEH, unas 3053 están relacionadas con el derecho a la vida e integridad personal , que incluyen amenazas a muerte, intimidación, violencia doméstica e intrafamiliar, entre otros.

En los primeros nueve meses del 2018, el CONADEH atendió 2206 quejas interpuestas por mujeres, de las cuales, 790 están relacionadas con el derecho a la vida e integridad personal.

La Unidad de Desplazamiento Forzado Interno (UDFI) del CONADEH identificó, entre el 2016 y el 2017, al menos, 1,445 casos en situación de riesgos o desplazamiento, que afectaron 3,220 personas a causa de este fenómeno, de las cuales el 48% fueron interpuestas por mujeres.

En el periodo de enero-septiembre del año 2018, se presentaron 648 denuncias de personas en situación de riesgo o desplazamiento. De estas, 282 casos corresponden a mujeres en las cuales se han involucrado 1,629 personas.

Con relación al nivel educativo, las mujeres que tienen educación básica (1-9 grado), el 13.8% están en situación de riesgo mientras el 17.3% son víctima de desplazamiento.

En lo que respecta a las mujeres con educación universitaria el 30% de las que interpusieron denuncia se encuentran en situación de riesgo, mientras el 23.1% ya fue desplazada

En relación con la ocupación, las más afectadas son las amas de casa que representan el 42.9%, seguidas por las que se dedican al rubro del comercio con el 15.9%, las docentes de diferentes niveles educativos del país 9% y los estudiantes el 6.1%, mientras las enfermeras, periodistas, médico general y defensores de derechos humanos representaron el 1.5% de los casos atendidos.

De acuerdo a las denuncias atendidas por el CONADEH, a nivel nacional, Francisco Morazán, se constituye en el departamento donde se presenta el mayor riesgo para la vida de las mujeres al resultar afectada el 28.1% y genera mayores desplazamientos forzados por violencia, con el 48.4%.  Le sigue el departamento de Cortes con el 10% de riesgo de vida y 14.8% de desplazamiento.

Los motivos de riesgo o desplazamiento expuestos por las denunciantes, registran que el 57.1% de los casos son causados por una   amenaza directa a la mujer.

En el 12.8% de las denuncias se ha presentado al menos un asesinato de algún miembro de la familia, en cambio la amenaza de la extorsión representa el 8.2% de las quejas. El 5.3% de las mujeres manifestaron tener problemas de violencia intrafamiliar, el 3.2% de violencia sexual, violencia domestica el 3.9%, el 2.1% de los casos corresponde al reclutamiento de niños y niñas adolescentes (NNA).

Las amenazas contra la mujer pueden venir de maras o pandillas, pero también de las personas menos esperadas, como los jefes de trabajo, vecinos, amigos, conocidos, novios y hasta de la misma pareja de hogar.

El 15.7% de las agresiones contra la mujer hondureña, se relaciona con los grupos de asociación ilícita, conocidas como maras y pandillas. Otro  de los hallazgos establece que el esposo, pareja o novio es de los principales responsables de las agresiones ya que representan el 13.5% de las denuncias.

El 27.4% de las agresiones contra las mujeres provienen de personas desconocidas, el 7.5% de familiares, el vecino 8.2%, policías 3.6%, delincuencia común 2.5%.

Mujeres se integran en redes multisectoriales para defender sus derechos

Herrera Cáceres, destacó que dentro de los Municipios de Bienestar Solidario están las “Redes multisectoriales” que son parte del modelo propio hondureño y que reúnen a los grupos en condición de vulnerabilidad, en cada municipio para fortalecer sus conocimientos y capacidades en derechos humanos, y que sepan defender sus derechos.

Explicó que las “Redes multisectoriales” están principalmente conformadas por mujeres (actualmente 254 mujeres y 178 hombres), que son lideresas en sus comunidades y en los grupos que representan y que construyen, con mucha perseverancia, sus “Municipios de Bienestar Solidario” que son municipios de derechos humanos.

Este comportamiento de autoayuda individual y colectiva de las mujeres de los “Municipios de Bienestar Solidario” hacia sus familias y comunidades, fundamenta las expectativas presentes y hacia el porvenir, para que, en ejercicio de ese liderazgo, las mujeres impulsen decididamente el cambio de actitudes y comportamientos en las familias y comunidades, impregnándolas de cultura democrática y de respeto y defensa de los derechos humanos de todas las personas.