Las armas de fuego son el principal instrumento de muerte en el país
Más de 650 mil armas de fuego son portadas ilegalmente en Honduras, revela un informe del estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos de Honduras.
El informe, que fue enviado al Congreso Nacional por el titular del organismo humanitario, Ramón Custodio, establece que Honduras hay más de 800 mil armas en poder de diversos sectores de la población, de las cuales 650,000 estarían siendo portadas ilegalmente.
Se estima que en Centro América circulan 3 millones de armas de fuego, de las cuales una de cada tres estaría siendo portada ilegalmente.
Honduras es uno de los países de la región donde estaría circulando gran parte de ese armamento.
Se destaca, además, que de acuerdo a los registros de la Dirección de Medicina Forense, las armas de fuego son los principales instrumentos de muerte en el país, principalmente cuando están en manos de sicarios.
En el informe, el ombudsman hondureño hace un recuento de los hechos violentos y revela entre el 2005 y el 2009, de los cerca de 18500 homicidios cometidos en el país alrededor del 78% fueron cometidos con armas de fuego como, fusiles, pistolas, revolver, escopetas, rifles y armas de fabricación casera.
Además, señala que, en el 2009, un alto porcentaje de las víctimas murieron debido al carácter letal de las armas de fuego y que apenas más de un centenar lograron sobrevivir, no obstante, haber recibido lesiones graves.
El informe también hace referencia que, al menos, el 36% de los homicidios que se registran en Honduras son cometidos por sicarios fuertemente armados, que no solo actúan con total impunidad sino que a sus victimas las ejecutan con saña.
Como parte de la lucha contra delincuencia y en su afán de brindar mayor seguridad a los hondureños, en un mensaje transmitido en cadena nacional, el 9 de abril, el gobierno le recordó a la población que la Ley de Portación de Armas contempla severas sanciones y reclusión para quienes la infrinjan.
“Se prohíbe el uso pistolas y fusiles automáticos como AK-47, Falk, M-16, Gálil, sub ametralladoras y armas de fabricación caseras conocidas como “chimbas””, establece el comunicado del gobierno.
Durante los conflictos internos vividos en los años 80, en la región, el suministro de pistolas y armas ligeras fue abundante y pese al desarme, ejecutado como parte de los procesos de paz, en los años 90, muchas de esas armas no fueron destruidas y no se descarta que aún continúen en circulación en poder de pandillas criminales, miembros del crimen organizado, carteles de la droga y en manos de la población civil.
Fuente: Tomado del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos