Los pescadores expresaron su impotencia ante tantos atropellos que ponen en riesgo su integridad física y sus vidas por lo que, a través del CONADEH, demandaron del Gobierno la creación de fuentes de empleo en tierra firme.
Los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández; de Nicaragua, Daniel Ortega y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén se reunirán el lunes 25 de agosto, en Managua, para abordar entre otros temas el desarrollo del Golfo de Fonseca que comparten los tres países.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Roberto Herrera Cáceres, abogó por impulsar un proceso de desarrollo trinacional del Golfo de Fonseca ya que los pobladores de los países ribereños, tienen derecho a gozar de mejores condiciones de vida, seguridad y empleo en esa región.
El ombudsman hondureño indicó que el desarrollo trinacional debe realizarse con base en el respeto de los derechos humanos y la armonía entre los pobladores y los gobiernos municipales de los tres países ribereños que integran Nicaragua, El Salvador y Honduras.
Lo importante es que las familias que habitan en esa zona tengan mejores garantías de ejercer su derecho al trabajo, acceso seguro a los servicios públicos y a la seguridad personal y sus bienes, puntualizó. Agregó que también es importante que los gobiernos hagan énfasis en la prevención de daños a la persona humana en su integridad, en su vida, y en sus posibilidades de desarrollo.
Los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, de Nicaragua, Daniel Ortega y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén se reunirán el lunes 25 de agosto, en Managua, para abordar entre otros temas el desarrollo del Golfo de Fonseca que comparten los tres países.
Según Herrera Cáceres, el hecho de compartir cosas en común, como ocurre en ciertas zonas donde tienen cosoberanía los tres Estados, es una gran oportunidad para afirmar la integración centroamericana, el desarrollo conjunto y la seguridad democrática de los países.
Agregó que esa seguridad será más efectiva fortaleciendo los lazos de confraternidad con los hermanos nicaragüenses y salvadoreños. Recordó que entre el 2007 y el 2012 los tres países acordaron convertir el Golfo de Fonseca en zona de paz, desarrollo sostenible y seguridad, dando prioridad al bienestar y mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes ribereños.
También se han firmado acuerdos con organismos internacionales encaminados a la protección de los recursos naturales, la atención a los manglares, la biodiversidad, el cuido de la pesca, el desarrollo conjunto, todo ello con el propósito de beneficiar las comunidades, apuntó.
El temor se apodera de los pescadores hondureños
Los pescadores hondureños denunciaron ante el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos el temor que sienten de faenar en las aguas del Golfo de Fonseca porque constantemente son agredidos ya sea por miembros de la Naval de Nicaragua o la de El Salvador. «Estamos hartos de los atropellos que a diario sufrimos ya sea por parte de los miembros de la Naval de El Salvador como de Nicaragua», denunció uno de los pescadores.
Relató que cada pescador que es detenido por la Naval nicaragüense es obligado a pagar una multa, aunado a ello son despojados de sus aperos de trabajo, situación que los pone en una situación económica critica para ellos y sus familiares. Los pescadores se quejaron que sus lanchas son quebradas e incluso que algunos han muerto producto de los ataques de la Naval de los países vecinos.
El 20 de marzo del 2010, el pescador Víctor Manuel Argeñal Gómez, originario de El Guapinol, municipio de Marcovia, Choluteca, falleció a consecuencia de la embestida de una patrullera de la Naval de Nicaragua a la embarcación en la que se conducía con otro pescador, en aguas hondureñas.
El 16 de mayo de 2014, una patrulla de la Naval de El Salvador embistió a una embarcación artesanal de pescadores hondureños, suceso en el que murió Luis Antonio Requena y resultó con lesiones de consideración Juan Carlos Elvir.
A raíz de los señalamientos públicos hechos por el CONADEH en el sentido que las víctimas han quedado desprotegidas, el Congreso Nacional determinó, recientemente, otorgar a las familias de los pescadores fallecidos, en incidentes navales fronterizos en el Golfo de Fonseca, pensiones que garanticen su sostenimiento básico.
En el mismo decreto se incluyó una pensión para el pescador Juan Carlos Elvir que resultó con lesiones que lo incapacitan para laborar en actividades de pesca artesanal.
Pescadores solicitan fuentes de empleo en tierra firme
Los pescadores expresaron su impotencia ante tantos atropellos que ponen en riesgo su integridad física y sus vidas por lo que, a través del CONADEH, demandaron del Gobierno la creación de fuentes de empleo en tierra firme. El defensor del pueblo hondureño comparte la preocupación de los pescadores y es del criterio que se deben crear condiciones de vida digna para los pobladores.
Hacemos extensiva la petición hecha por los pescadores del Golfo de Fonseca al gobierno, en el sentido que se abran fuentes de empleo en tierra firme y así, en tiempos de veda, tener los ingresos suficientes para mantener a sus familiares, reiteró.
En su criterio, la zona del Golfo de Fonseca debe ser lo que han proclamado los presidentes centroamericanos «una zona de paz, de desarrollo sostenible y de seguridad».
Expresó que lo fundamental es la dignidad humana de las personas sin importar la nacionalidad, sean estos hondureños, nicaragüenses o salvadoreños. «No puede haber zonas de seguridad y desarrollo si no está el sujeto principal que son los hombres, las mujeres y las familias de esas comunidades ribereñas en particular», puntualizó.
En mayo del 2014, Roberto Herrera Cáceres se reunió en Amapala con autoridades municipales del departamento de Valle y con casi un centenar de pescadores artesanales que lo exhortaron a ser su portavoz ante el gobierno central y la cooperación internacional.
El Golfo de Fonseca, región que comparten Honduras, Nicaragua y El Salvador, durante muchos años ha sido motivo de conflictos por denuncias de pescadores de un país faenando en aguas de otro, que en muchos casos terminan con la captura de personas, el decomiso de embarcaciones y el producto que han extraído del mar e incluso la muerte de pescadores.
FUENTE: Comisión Nacional de los Derechos Humanos de la República de Honduras