HONDURAS: «Los centros penales son un instrumento más de la policía para practicar la corrupción»

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, aseguró que la policía hondureña se apropió de los centros penales como un instrumento más para practicar la corrupción.

El ombudsman hondureño anunció que se sigue trabajando porque en Honduras haya un Instituto Penitenciario que sea el encargado de manejar los centros penales en el país. «Seguimos trabajando porque algún día haya en este país, un instituto Penitenciario que sea el encargado porque el régimen penitenciario no tiene nada que ver con la policía», declaró.

Según Custodio los policías se apropiaron de los centros penitenciarios como un instrumento más para practicar su corrupción casi absoluta. Señaló que los poderes de la policía llegaron a ser absolutos y se hizo realidad lo que el escritor ingles Lord Acton dijo en el sentido que el poder siempre corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente.

El defensor de los derechos humanos es del criterio que para mejorar el sistema penitenciario lo primero es que no esté en manos de la policía porque no están capacitados para eso.

Añadió que la policía preventiva se ha metido en el campo de la seguridad en los centros penales sin tener la formación profesional para ello. «Ellos quieren tener todo lo que es seguridad bajo su control, pero aquí debería existir un Instituto Penitenciario», expresó.

Agregó que la policía tiene la obligación de responderle al pueblo hondureño por qué en los centros penales las cosas no han cambiado sino que más bien ha empeorado. De acuerdo a su análisis de nada servirá construir penales y celdas de máxima seguridad si hay corrupción en la administración penitenciaria y se sigue actuando sin criterios claros sobre programas de rehabilitación.

Recomendó que debe apresurarse el paso hacia un Instituto Nacional Penitenciario de carácter técnico y autónomo u otro modelo que, si bien lleve a cabo con seriedad y profesionalismo su labor de custodia de los centros penales, entienda, sobre todo, la necesidad de diseñar y ejecutar verdaderos programas de trabajo y educación para los internos.

Declaró que la promoción de la resocialización de los privados de libertad conviene tanto al interior de los centros penales, como un medio de mantener la paz y el orden, como fuera de ellos, para que las personas que egresen de dichos establecimientos no regresen con mayores problemas que con los que ingresaron.

No se debe permitir el libertinaje

Custodio es el criterio que urge un verdadero régimen penitenciario que nos permita garantizarle al privado de libertad la inviolabilidad de sus derechos pero tampoco darles libertinaje. Advirtió que dependiendo de las condiciones en que vive un privado de libertad en los centros penales lo hace más o menos violento.

Reiteró que para mejorar el sistema penitenciario lo primero es que no esté en manos de la policía preventiva porque ellos no están capacitados para eso.

Gobierno se hace el desentendido

Una de las preocupaciones del ombudsman hondureño es la carencia de los medios de rehabilitación así como el desentendimiento del gobierno sobre su responsabilidad con los privados de libertad.

A lo anterior se añade la falta de control que hay en los centros penales ya que se permite la introducción de armas, drogas y licores. El ombudsman hondureño ha cuestionado con insistencia a las autoridades penitenciarias por instaurar un régimen disciplinario en manos de algunos internos, que ha traído como consecuencia peleas y muertes entre privados de libertad.

Otra de las críticas del titular del CONADEH es que los centros penales no obedecen a una verdadera política criminal del estado sino que están en manos de una de las direcciones de la policía que, hasta ahora, ha demostrado su incapacidad en el manejo.

Dos leyes han regido el sistema penitenciario hondureño

El sistema penal hondureño inició en 1883 con la construcción de la Penitenciaría Nacional en Tegucigalpa. El 03 de abril de 1909 se emitió la ley reglamentaria de presidios misma que fue sustituida el 13 de marzo de 1985 por la Ley de Rehabilitación del Delincuente la que será sustituida por la Ley del Sistema Penitenciario.

Lo anterior indica, según el CONADEH, que a los largo de la vida republicana de Honduras, el sistema penitenciario nacional ha sido regido por dos leyes.

Honduras cuenta en la actualidad con 24 establecimientos penitenciarios, trece de los cuales tienen categoría penitenciaria y los once restantes como centros penales, los que según el Centro de Auditoria Penitenciaria, a marzo del 2012 albergaban alrededor de 11,718 privados de libertad. Se estima que la capacidad de los 24 centros es de 8340 personas, no obstante, a marzo del 2012 la sobrepoblación era de 3,428 que representa un porcentaje de hacinamiento del 41.10%.

FUENTE: Comisión Nacional de los Derechos Humanos de Honduras