La funcionaria de la Institución del Procurador de los Derechos Humanos ha explicado que las niñas son más vunerables, especialmente ante el riesgo de caer en redes de trata mexicanas para ser explotadas en la industria sexual y ha solicitado que los procesos de repatriación de niños no acompañados se estudie si fueron víctimas de estos sucesos, poder proporcionarles un tratamiento especial.
la realidad de los niños que se embarcan en un solitario viaje hacia el norte en busca de una vida mejor ya no es desconocido para casi nadie. La reciente situación de aquellos que se encuentran en Estados Unidos ha otorgado a este problema un lugar prioritario en as agendas del día. Sin embargo, la Defensora de las Personas Víctimas de Trata de la institución del Procurador de los Derechos Humanos, Sandra Gularte, en entrevista con medios de difusión social, ha querido recordar que muchos de los niños que empreden el viaje ni siquiera llegan al pisar el suelo del país norteamericano y corren el riesgo de caer en las redes de trata.
La funcionaría resaltó que existe un alto índice de niños migrantes que no van acompañados y, motivados por el sueño de reunificación familiar, de buscar nuevas oportunidades de desarrollo o huyendo de la violencia de su país, se vuelven víctimas de tratantes en su camino por el corredor migratorio.
Asimismo, expresó que los estudios realizados indican que las más vulnerables son las niñas, especialmente porque estas quedan en manos de redes de trata, especialmente para ser explotadas en la industria sexual que tiene mucho auge actualmente en México.
Según la información que se tiene de organizaciones mexicanas, indican que cuando se compra el servicio de tráfico de personas se paga una cierta cantidad, y como es una red que moviliza grandes grupos de gente en esa nación, estos son vendidos a otros coyotes en diferentes lugares.
En la Magistratura de Conciencia se acompañaron algunas repatriaciones provenientes de México, en donde el gobierno de dicho país rescató en diferentes operativos a niñas y niños indígenas que fueron explotados laboral y sexualmente, destacó la funcionaria.
«Hago un llamado a las instituciones del Estado, especialmente a la Procuraduría General de la Nación y la Secretaría de Bienestar Social para que dentro de los mecanismos de protección utilizados cuando vienen niños migrantes no acompañados repatriados o deportados, se utilicen mecanismos para identificar si en su camino los niños fueron víctimas de trata, para que así el Estado les de un tratamiento especial para curar las heridas, tanto físicas como emocionales, porque ser víctima de trata es una violación de los derechos como la dignidad, que claramente es vivir libre de violencia y tener todas aquellas oportunidades para desarrollarse, las que no han encontrado en sus familias ni en sus comunidades o su país», concluyó la defensora.
FUENTE: Procurador de los Derechos HUmanos de Guatemala