La empresa responsable de la exhibición en las salas compostelanas se comprometió con el alto comisionado a introducir la tecnología que permita la accesibilidad a las películas.
Gracias a la intervención del Valedor do Pobo, las salas de cine compostelanas contarán en los próximos meses con la tecnología necesaria para que las personas sordas y con discapacidad visual puedan seguir las películas. Los filmes distribuidos por los canales convencionales obvian incorporar subtítulos para hacer accesible a la exhibición de las mismas en las salas de cine, de ahí que la Asociación de Personas Sordas de Santiago se haya dirigido al Valedor do Pobo para reclamar la accesibilidad que ahora, y fruto de numerosos contactos desplegados por la defensoría, será una realidad.
El Valedor do Pobo lleva meses trabajando para conseguir la plena accesibilidad a los cines del colectivo de personas con discapacidad auditiva. Entre sus actuaciones mantuvo contactos con la Consellería de Traballo e Benestar y con el Centro Español del Subtitulado y la Audiodescripción (CESyA). Gracias a las mismas, este último puso la disposición de las empresas que operan en nuestra comunidad, los sistemas necesarios para garantizar la accesibilidad de los filmes a este colectivo.
De este modo la compañía que gestiona los cines de As Cancelas -los únicos que permanecen abiertos en la ciudad compostelana- informó al Valedor que está desarrollando un proyecto para introducir la tecnología que permita la accesibilidad a las películas. «Tan pronto como dispongamos de los recursos financieros necesarios, se llevará a cabo de forma prioritaria» matizan en su respuesta remitida en fecha reciente al defensor.
El nuevo sistema funcionará en los próximos meses en la sala, mejorando de esta manera el servicio prestado por las salas de exhibición a las personas con discapacidad auditiva y visual. El Valedor confía que en los próximos meses esta misma tecnología pueda implantarse en todas las salas de cine que operan en nuestra comunidad con el fin de dar respuesta a una vieja reivindicación de las asociaciones que trabajan con personas con discapacidad auditiva.
FUENTE: Valedor do Pobo