El Defensor del Pueblo (e.f.), Francisco Fernández Marugán, considera urgente que los poderes públicos aborden el problema de la soledad no deseada que afecta a miles de personas mayores en España, ya que “un Estado Social como el nuestro no puede ignorar a un colectivo tan sensible como este”.
En su opinión, es necesario abrir un debate político y social en torno a esta situación, impulsar políticas de prevención y concienciar a la sociedad, que muchas veces se encuentra ajena a este drama.
Así lo ha manifestado en la clausura de la Jornada “la soledad y el aislamiento no deseado en las personas mayores”, organizada por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), en colaboración con la Fundación ONCE y el Imserso.
Para el Defensor del Pueblo, también es prioritario realizar una radiografía precisa del alcance de este problema, que algunas fuentes sitúan en el millón y medio de personas afectadas.
Además, se ha mostrado a favor de revisar las pautas de actuación en la atención social para ofrecer las ayudas que precisan las personas mayores y sus familias e intentar un modelo en el que las personas de la tercera edad puedan permanecer el mayor tiempo posible en su entorno.
Derechos de las personas mayores
En los últimos años se ha producido un repunte de quejas al Defensor del Pueblo relacionadas con los mayores y el envejecimiento. Muchas de estas quejas tienen que ver con la aplicación de la Ley de Dependencia o la calidad de la atención residencial que reciben.
“Nuestro objetivo es que las administraciones pongan todos los medios a su alcance para que los servicios a los mayores se presten en condiciones respetuosas con la dignidad básica de toda persona y con sus derechos fundamentales”, destaca el Defensor del Pueblo.
Por ello, muchas de las actuaciones de la Institución se relacionan con cuestiones muy relevantes para los derechos fundamentales de las personas mayores, como son el ingreso involuntario de personas con deterioro cognitivo o psíquico, las restricciones a la libertad de movimientos, el uso de sujeciones y cuestiones relativas a la intimidad de los residentes en centros de personas mayores.