— Maximiliano Nitto. Asistimos a un escenario complejo donde los valiosos avances de la ciencia, a la vez que generan una esperanza para la población, se vuelven una amenaza para el sostenimiento de los sistemas sanitarios y un quiebre absoluto en la equidad y la justicia social. Al tiempo que vemos los milagros que provocan en la salud el desarrollo de las nuevas terapias, también vemos la injusticia representada en muertes y enfermedades evitables. Urge poner en debate si los medicamentos seguirán siendo considerados como un bien de mercado o un bien social, puesto que vivir o enfermar no puede seguir siendo un privilegio de cada vez menos personas.