En este sentido, la comisión de verificación encabezada por el Defensor, Alfonso Cajiao, pudo evidenciar cómo por ejemplo los 25 policías que prestan su servicio en el municipio de San Calixto permanecen confinados ante el riesgo que implica salir de las instalaciones, pues pueden ser blanco de un ataque, como sucedió hace una semana con el Teniente que estaba al frente de la unidad y un Patrullero que lo acompañaba. Ambos, según testimonios recogidos por la comisión humanitaria, salieron del bunker en el que los uniformados permanecen refugiados para comprar algunos insumos en un establecimiento ubicado a no más de 100 metros de la unidad, cuando fueron sorprendidos por disparos de francotirador que cegaron sus vidas.
El relevo de los policías se da cada 60 o 70 días por vía helicoportada, pues transitar por las carreteras sin pavimentar de esa región significa exponerse a una eventual emboscada, bien del ELN o del EPL. Y es que ambas estructuras han dejado señales evidentes de su influencia y presencia en la población, como la bandera del Ejército de Liberación Nacional que ondea en lo más alto del casco urbano, o la publicidad del grupo guerrillero que incluso es visible en la entrada de Urgencias del Centro de Salud. El más reciente grafiti del EPL en las calles de San Calixto (de hace menos de 2 meses), advierte “para nuestros amigos abrazos y para nuestros enemigos balazos”.
Las marcas en cada casa de la población con mensajes alusivos a la guerrilla, se mezclan con factores como el desplazamiento intraurbano por amenazas, la insuficiencia de personal médico para atender las necesidades de los habitantes, los obstáculos para acceder a una educación de calidad en las áreas rurales y la dependencia de la economía cocalera, según denuncian los campesinos como resultado de la ausencia del Estado en el Catatumbo.
El recorrido del Defensor del Pueblo y su equipo se extendió al municipio de Teorama, donde todavía hay vestigios de hostigamientos recientes, con impactos por disparos de arma de fuego en una de las escuelas. De allí al corregimiento de San Pablo, es usual encontrar importantes extensiones con plantíos de hoja de coca, improvisados peajes a los que denominan comunitarios y varios depósitos de combustible.
Luego de reunirse con líderes y voceros de la comunidad, con la Iglesia Católica (que juega un papel importante en favor de los derechos humanos en esa zona del país) y con las autoridades locales y regionales, el Defensor, Alfonso Cajiao, concluyó que hay una notable ausencia de Estado, que para que la paz sea completa en el Catatumbo se requiere la voluntad y el compromiso de organizaciones como el ELN en aras de buscar una salida negociada a la confrontación, y se comprometió a escalar las inquietudes e inconformidades de la comunidad a los niveles más altos del Gobierno Nacional.
FUENTE: Defensoría del Pueblo de Colombia
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