“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Citando el artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada el 10 de diciembre de 1948 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Vicedefensor del Pueblo, Jorge Calero, resaltó la importancia de rescatar los principios de fraternidad, libertad e igualdad, que son inherentes a la condición humana, al enfrentar diariamente los desafíos y retos que implican la implementación de los acuerdos de paz.
“Tenemos la responsabilidad de hacer pedagogía para la paz con un enfoque de derechos humanos, tanto en las aulas como en los territorios”, señaló el Vicedefensor al instalar el panel sobre “el rol de la Defensoría del Pueblo en el proceso de verdad, justicia, reparación y no repetición”, en el marco de la “Semana por los Derechos Humanos”, que se realiza del 10 al 15 de diciembre para conmemorar el aniversario °69 de la fecha en que esta Declaración fue proclamada por la Asamblea de las Naciones Unidas, en el año de 1948.
Moderado por Sergio Roldán Zuluága, Director Nacional de Promoción y Divulgación de Derechos Humanos, el conversatorio giró en torno a cómo construir una manera nueva de comprometernos, como Entidad, con el diálogo restaurativo entre víctimas y procesados.
Ángela María Buitrago, Delegada de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), sostuvo que la Defensoría debe articularse con otras instituciones para fortalecer su trabajo en los territorios. “De nada sirve emitir alertas, si las autoridades correspondientes no ejecutan las medidas de seguridad recomendadas”, agregó.
En ese sentido indicó que la construcción de los derechos de las víctimas es una obligación del Estado, principalmente en un país en el que la justicia transicional adquiere una condición especial, básicamente porque “se está construyendo sobre un conflicto armado vigente”.
Para Carlos Arturo Velandia, promotor de paz, se debe reforzar la institucionalidad de cara al posconflicto. “Uno de los retos del posconflicto es cumplir con los acuerdos de paz, materializarlos y construir una paz posible, que además sea estable y duradera”.
Erradicar la violencia en los territorios, especialmente donde históricamente se ha presentado, es otro de los desafíos de la construcción de la paz, que identificó Velandia, “especialmente en estos momentos de transformación que está viviendo el país”.
Para el magistrado de la JEP, Roberto Carlos Vidal, la Defensoría del Pueblo tiene que profundizar el papel que ha tenido en la protección y garantía de los derechos humanos, desde su creación con la Constitución Política de 1991.
De igual manera, destacó la trascendencia que tiene la Defensoría, como parte del Ministerio Público, en la representación de las víctimas que requieran acceder a la Justicia Especial para la Paz (JEP).
Sostiene que el Derecho y la intervención de la Justicia sirven para consolidar la paz y lograr la reconciliación, de ahí la necesidad de proteger los derechos tanto de las víctimas como de los procesados, porque “en muchos casos del conflicto armado colombiano, los victimarios tienen también la condición de víctimas”.
«El desafío ahora es llevar la paz a las casas», puntualizó.