A las comunidades campesinas quienes a diario labran la tierra, a quienes defienden el campo y los derechos ganados sobre los mismos. A esos miles de campesinos y campesinas que defienden sus territorios, que día a día luchan por mejorar sus condiciones de vida, por tener tierra digna para cultivar y producir nuestros alimentos, a los de tierras frías y cálidas, a los que son también protectores y guardianes del medio ambiente en las zonas protegidas, a quienes en estas mismas zonas han cambiado sus costumbres productivas para mejorar las condiciones de los ecosistemas.
A las miles de mujeres campesinas que cultivan y labran la tierra, cuidan las plantas y ejercen las tareas del hogar; a las niñas y niños que desde su infancia han aprendido y colaborado en las labores del campo. A los miles de organizaciones campesinas que creen en que la organización social y los procesos comunitarios son la forma de lograr el reconocimiento y garantía de sus derechos muchas veces vulnerados; a quienes se piensan un mundo mejor y saben que la solidaridad y el trabajo colectivo es una de las muchas formas de lograrlo.
Hoy celebramos su existencia y les agradecemos por ser proveedores de los alimentos que a diario consumimos, por la perseverancia de mantener una cultura campesina viva y por continuar en el campo forjando país a pesar de las dificultades. [Leer nota web]