Este 12 de agosto, el Día Internacional de la Juventud se celebró bajo el lema «La salud mental importa», por lo que creemos que es un momento propicio para pensar y debatir acerca del rol de los jóvenes en el diseño y la implementación de las políticas públicas que los tienen como destinatarios.
En tal sentido, proponemos un redireccionamiento de las mismas hacia la inclusión, desde una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos de toda persona.
Es necesario fortalecer los ámbitos de participación que propicien la profundización de debates, de los cuales surjan ideas, parámetros y propuestas superadoras, que fortalezcan el rol de la juventud en la agenda pública de la política, la economía, la cultura y lo social.
Desde los ámbitos de participación juvenil que ya existen, tales como centros de estudiantes, organizaciones políticas y sociales, asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales debe promoverse la inclusión de los jóvenes en los diseños de los programas de los que son destinatarios. Es importante implementar actividades preventivas con su efectiva participación.
En tal sentido, deben intervenir en aquellas cuestiones que les resultan problemáticas, teniendo en cuenta su visión respecto de temas como el consumo problemático de drogas y alcohol, la agresión emocional y física entre pares y en las formas violentas de relación de pareja y del mundo adulto.
Es necesario trabajar para facilitarles los medios necesarios a los efectos de que puedan participar en las posibles soluciones a sus conflictos, identificar las que consideren más adecuadas y, además, integrarse a la evaluación de las respuestas elegidas.
Sabemos que contando con los apoyos necesarios es posible conducir la participación para potenciar lo mejor de cada uno. La salud mental comunitaria se construye desde todos los actores, y esto implica también a la juventud.
En el Plan Nacional de Salud Mental, el Ministerio de Salud de la Nación establece que «para fortalecer la salud de las personas es primordial trabajar en pos de la inclusión, la participación y la organización, pilares fundamentales que promueven una comunidad que ejerza sus derechos con salud, educación y organización social (…) Un Estado presente y una comunidad activa caminan juntos, reconociendo y respetando los derechos de todos sus miembros, pero sin eludir responsabilidades (…) Esto supone la asignación de un rol protagónico a aquellas decisiones compartidas por la comunidad, teniendo en cuenta los actores locales y las fortalezas de cada región».
Con el apoyo y la activa participación de los jóvenes, se consolidarán los cambios que el paradigma de Salud Mental Comunitaria propone como metas.
FUENTE: Subsecretaria de Juventud y Subsecretaria de Derechos Humanos y Seguridad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires