BOLIVIA: Pronunciamiento de la Defensoría a 30 años de la democracia: «Solo el respeto a los derechos humanos puede mantener vigente la democracia»

La reconquista de la democracia en Bolivia hace 30 años, es fruto de la lucha y el sacrificio de una generación que tuvo la valentía de enfrentar la violencia del poder y muchas veces la incomprensión de la sociedad.

Ese grupo de hombres y mujeres, casi siempre anónimos, tuvieron la visión y el coraje para sembrar la simiente del tiempo nuevo; de ese tiempo en el que los bolivianos y bolivianas pudimos elegir en libertad, el nuevo camino que hoy construimos y en el que nos reconocemos como diferentes compartiendo la esencia del mismo origen, dueños del mismo destino y hermanados por la misma historia.

Esa democracia, construida desde las movilizaciones, la persecución y la lucha popular, nos plantea nuevos desafíos y nuevas esperanzas. Hoy tenemos la responsabilidad de asegurar mayor equidad y justicia entre bolivianos y bolivianas; eliminar las brechas que aún separan a los que gozan de todos los privilegios, de quienes sufren la conculcación de sus derechos más elementales; asumir con transparencia y honestidad la determinación de construir el Estado plurinacional respetando el derecho de los pueblos y naciones indígenas para decidir sobre su propio destino; asumir los principios de la paz, el diálogo y el consenso para solucionar los conflictos y las diferencias y, sobre todo, aprender a aceptar y valorar a quienes piensan diferente.

La democracia no sólo debe interpretarse como la facultad para elegir en libertad; es necesario que se exprese como el medio para construir un país de iguales, donde el respeto, la integración y la interculturalidad sean los nuevos principios de vida en sociedad y los paradigmas sobre los cuales haremos de la convivencia pacífica, el arquetipo de conducta y de orientación.

En este momento crucial de nuestra historia como país, debemos ser capaces de renovar nuestra decisión de vivir en la libertad que sólo es posible con el ejercicio, el respeto y la garantía de los derechos humanos, a los que debemos entender no sólo desde su dimensión individual, sino fundamentalmente social y comunitaria, de modo que estos elementos constitutivos nos permitan profundizar la democracia participativa en la línea de la interculturalidad.

Si asumimos que la democracia, que no fue producto del azar ni del destino sino que se alcanzó con grandes sacrificios y generosa convicción, habremos avanzado un trecho enorme para entender que defenderla , promoverla, sostenerla y protegerla, garantizará un futuro de libertad, justicia e igualdad.

 

FUENTE: Defensoría del Pueblo de Bolivia