Durante una verificación que la Representación Departamental de la Defensoría del Pueblo realizó a campamentos zafreros en el municipio de Bermejo, identificó que las niñas, niños y adolescentes que trabajan en la recolección de caña de azúcar lo hacen en condiciones de inseguridad y expuestos a situaciones que afectan su derecho a la salud, seguridad y educación.
Esta situación fue descrita por la máxima autoridad de la institución, Rolando Villena, el pasado jueves durante un encuentro con medios de comunicación, con instituciones municipales y departamentales y con organizaciones sindicales y sociales que trabajan en la problemática del trabajo infantil, en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
Este trabajo, dijo Villena permitió verificar que las y los niños, junto a mujeres adultas, son los más vulnerados en sus derechos, pues estarían recibiendo sólo la cuarta parte del pago que se asigna a un zafrero; están expuestos y expuestas a una serie de riesgos mientras sus padres y madres cumplen su labor, y a adquirir enfermedades respiratorias, diarreas, parasitosis e infecciones de la piel por la mala alimentación y el uso y consumo de agua contaminada.
En el caso de los adolescentes, estos trabajan sin protección, no tienen contrato laboral, trabajan de 10 a 12 horas expuestos a las inclemencias del tiempo y están mal alimentados, contraen enfermedades endémicas y los gastos de salud no los cubre el contratista.
«En muchos casos los propietarios cañeros y los contratistas señalan que no contratan a menores de edad y que la participación de estos en la zafra es responsabilidad de los padres o de los parientes que los traen a la zafra», manifestó Villena, quien recordó que las propias NNUU han identificado a la zafra de azúcar, junto a la minería y la zafra de castaña, como parte de las peores formas de explotación laboral infantil.
Sobre la situación educativa, en la mayoría de los casos los niños dejan de estudiar al llegar a la zafra, en tanto que los adolescentes, optan por el trabajo para aportar económicamente a su familia. Las condiciones de habitabilidad de las familias zafreras en su mayoría son precarias y de hacinamiento, los campamentos no cuentan con agua potable; no existen baños o letrinas ni lavaderos para ropa, no tienen electricidad, duermen sobre cajones, tablas, palos o sobre el piso.
Ante esta situación, destacó Villena, la Defensoría del Pueblo, desde su Representación de Tarija, gestionó y encaminó la creación de centros de protección para niñas y niños de familias zafreras; control de campamentos zafreros y la vigilancia en el ingreso de familias zafreras a Bermejo. Para garantizar el derecho a la salud, se trabaja que estas y estos niños tengan acceso al Seguro Universal de Salud Autónomo de Tarija (SUSAT), durante su permanencia en la zafra que dura entre mayo y octubre.
Por otra parte, el Defensor informó que la institución, con el apoyo de la fundación Tierra de Hombres, está implementando una campaña de información y sensibilización sobre los derechos de las familias que asisten a la zafra, dirigida tanto a las comunidades en Tarija como en Chuquisaca y Potosí.
El encuentro con representantes de instituciones municipales y departamentales y organizaciones sociales (Red de Organizaciones Juveniles, Federación Sindical de Trabajadores de la Zafra de Bermejo, COD, Aldeas Infantiles SOS, Visión Mundial, OTRAF) permitió dar mayor impulso al trabajo defensorial y acordar otras acciones para garantizar la protección le las y los niños trabajadores de la zafra y recoger propuesta para trabajar en una política departamental sobre la temática.
FUENTE: Defensoría del Pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia