BOLIVIA: Comunicado de la Defensoría del Pueblo sobre los sucesos de Sayari

La Defensoría del Pueblo lamenta una vez más que la violencia y la radicalidad hayan resultado en la muerte de dos trabajadores mineros, cuyas vidas fueron segadas en enfrentamientos con las fuerzas del orden por demandas que pudieron ser resueltas a través del diálogo, el consenso y la racionalidad de una negociación.

Asimismo, tenemos que lamentar el gran número de heridos de distinta gravedad, que suman casi un centenar, entre policías y cooperativistas y condenar los actos de violencia y abusos que se han denunciado contra los policías que fueron retenidos y contra el periodista que fue golpeado mientras realizaba la cobertura de los hechos.

Expresamos nuestra condolencia y nuestro pesar a los familiares de las personas fallecidas y exigimos al Ministerio Público que se investigue y se sancione a quienes resulten responsables de estas muertes y de haber generado y promovido el enfrentamiento fratricida.

Deploramos las acciones y las decisiones que llevaron a este resultado, más aún cuando creíamos que el descontrol, la radicalidad y la violencia criminal en los conflictos sociales ya se habían superado y que la preservación del derecho a la vida y la integridad personal se había retomado como valor supremo.

Ponderamos la decisión del gobierno de suspender el debate sobre la Ley minera y de los dirigentes del sector para iniciar el camino del diálogo, sin embargo lamentamos que estas determinaciones se hayan tomado después de los hechos señalados y que el debate de una norma que podía generar tantas controversias se haya desarrollado sin haber agotado los espacios para las explicaciones suficientes con los grupos interesados.

Atendiendo a nuestro mandato, hemos desplegado diversos equipos que están haciendo verificaciones en los centros de salud donde se encuentran los heridos y se ha tomado contacto con las autoridades y los dirigentes para impulsar las acciones de diálogo.

Finalmente, queremos exhortar a que las negociaciones se desarrollen en un clima de tranquilidad, voluntad de solución y respeto que deben primar sobre todas las cosas.

 

FUENTE: Defensoría del Pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia