ESTADO DE MÉXICO: Padres de familia deben predicar con el ejemplo

Los adolescentes replican patrones conductuales de su familia, por tanto, la recomendación para los padres es inculcarles valores a través del ejemplo; convivir con ellos y evitar el autoritarismo, así como reforzar su autoestima y reconocer los propios errores, con la finalidad de prevenir y evitar conductas de riesgo, comentó el psicólogo Roberto Flores Reyes.

Durante la conferencia titulada «Cómo prevenir conductas de riesgo en los adolescentes», impartida en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, el psicólogo del Departamento de Atención a los Adolescentes del DIFEM, resaltó la importancia de evitar que los jóvenes se expongan a conductas peligrosas y fomentar el desarrollo de las habilidades de los adolescentes.

Al mencionar que la vida no está determinada por las circunstancias sino por las decisiones, enumeró cinco aspectos que marcan la vida de las personas, como el continuar o no con sus estudios; elegir a sus amigos, ejercer su sexualidad, las adicciones, y la relación familiar que se tiene durante la adolescencia.

Dijo que se ha observado que quien no continúa sus estudios tiene mayor posibilidad de conductas de riesgo, por lo que se considera a la educación como un factor de protección; asimismo, los amigos también influyen en el comportamiento de los menores, y son ellos los que deben decidir entre quienes los incentivan a mejorar o los que los molestan o incitan a la violencia.

Los adolescentes deben responsabilizarse de sus actos y no ceder ante la presión social, por ejemplo en el caso de las mujeres respecto a tener relaciones sexuales que pueden derivar en embarazos no planeados o infecciones de transmisión sexual, o en otros casos, trastornos en el estado de ánimo, adicciones, deserción escolar o la violencia.

Entre los factores que generan ciertas conductas que pueden ser nocivas para este sector, está la falta de comunicación con los padres, lo cual resulta irónico ante la proliferación del uso de teléfonos celulares; la violencia como parte de la interacción familiar; actitudes permisivas de los padres que minimizan las malas contestaciones y hasta robos en casa; la desintegración familiar, que se genera cuando a pesar de vivir juntos, por el trabajo u otras cuestiones, los padres no conviven ni supervisan a sus hijos.

En ese sentido, sugirió mantener una relación estrecha entre padres e hijos a través de actividades recreativas y deportivas familiares, procurar reconocer ante sus hijos las equivocaciones que se tienen, conocer a sus amigos y asignar a todos los miembros del hogar tareas domésticas para que sean responsables de sus acciones.

FUENTE: Comisión de los Derechos Humanos del Estado de México