«Prohibir, celar, amenazar, lastimar y pegar… no conjugan con el verbo amar», es la portada de la nueva campaña lanzada por la Defensoría para que ni hombres ni, sobre todo, mujeres, acepten la violencia contra éstas últimas como algo natural.
Las mujeres tienen derecho a vivir libres de violencia. Es la máxima que se propone la nueva campaña de la Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires. Pero desde el organismo del Ombudsman son conscientes de que la violencia no solo se circunsicribe a los golpes y las agresiones físicas. Por eso, desde la portada del volante destinado a difundir el mensaje entre la ciudadanía han querido dejar claro que otras actitudes podrían enmarcarse en en el mismo concepto: prohibir, celar, amenazar… y, por supuesto, lastimar y pegar.
Sobre este aspecto, el documento escribe negro sobre blanco las distintas tipologías y modalidades que, aveces, pueden pasar desapercibidas. Física y psicológica, sexual, económica y patrimonial, simbólica, mediática, doméstica, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva obstreticia, son tambíen, según expone la Defensoría, formas de menosprecio hacia la mujer.
A estas, es preciso sumar la explotación sexual y la trata como otras formas de violencia de género.
Por eso, la campaña de la defensoría no se reduce a una inciativa limitada a la reducción de los malos tratos, sino que pretende un cambio de mentalidad que implique «la remoción de patrones socioculturales que promueven la desigualdad de género» y la «eliminación de la discriminación entre varones y mujeres en todos los órdenes de la vida».
Al fin y al cabo se trata de aplicar, según indican, la Ley Nacional de Argentina, 26.845 de Protección Integral para Prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en los que se desarrollen sus relaciones interpersonales, en la que se define la violencia contra la mujer como «toda conducta, acción u omisión que de manera directa o indirecta tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte a su libertad, su vida, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal».
Puedes descargar el volante en pdf. , pinchando Aquí
FUENTE: Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.