Al menos en este lado del mundo se evoca la fecha del 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. Institucionalizada por la Organización de Naciones Unidas, en muchos países, ya es una conmemoración oficial y nacional, recuerda la Defensoría del Pueblo, cuya titular adjunta para la zona norte, Liliana Loyola, llamó a “no confundir con un día de feminidad, consumo o mero solaz” toda vez que “eso importaría una banalización intolerable de una fecha cuya trascendencia está del todo disociada de los cánones que con que visiones mercantilistas estereotipan a la mujer”.
“Su origen es de lucha –subrayó Loyola. Cruda y dura pugna procurando una conjugación de lo visible y lo decible. A menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, las mujeres emprendieron un constante rehacer de prácticas” y consideró, además, que la fecha debe rendir “tributo a las luchas pasadas y a sus protagonistas, la mayoría anónimas mujeres corrientes que fueron artífices de la historia; afianzamiento de los logros obtenidos y reivindicación de los derechos aún no reconocidos”.
Como mujer reclamó a sus pares “compromiso para lograr la equidad en las relaciones laborales, políticas, sociales y familiares que todavía nos faltan” y exigió de las autoridades un más decidido accionar para “sancionar penalmente a una de las más graves formas de violencia, y violación de los derechos humanos: el delito de la trata de personas”. Reclamo en el que dijo estar plenamente acompañada por el titular del organismo, el defensor provincial, Carlos Bermúdez.
Postuló la Defensora adjunta que cada “8 de marzo, se transforma en el día del año en que las mujeres renuevan su reclamo a la igualdad, al trabajo, la salud y a una mayor participación social y política”, revelando que “desde la experiencia institucional podemos afirmar que el problema más acuciante con respecto a la mujer, todavía está centrado en la violencia. A diario, en nuestro Centro de Atención a la Víctima, atendemos, consultas y casos de violencias familiar, escolar e Institucional, sobresaliendo en la mayoría de los casos la violencia hacia la mujer concretamente”.
El Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo, con Loyola a la cabeza, ha tomado desde hace 2 años la bandera de luchar contra el secuestro, tráfico y trata de personas en la provincia de Santa Fe. Este comercio de seres humanos –niños, niñas y mujeres para ser explotados laboral o sexualmente (el 90% de los casos) -, es la tercera actividad lucrativa ilegal en el mundo, después del tráfico de drogas y de armas, generando ganancias de unos 32 mil millones de dólares al año.
En el foro de las Naciones Unidas reunido en Viena en febrero de este año se señala que cada año hay 2,5 millones de víctimas de trata, la mayoría de las víctimas tiene entre 18 y 24 años, y 1,2 millones son menores. El 95 % de las víctimas sufre violencia física o sexual y el 43 %,- en su gran mayoría mujeres- es forzada a la protitución. De los 2,5 millones de personas tratadas, 250 mil pertenecen a América Latina 500.000 son en nuestro país según estimaciones recientes. “Con esto quiero alertar sobre la magnitud de este flagelo, que pese a no estar visibilizado existe y crece día a dia entre nosotros, en nuestra ciudad, en nuestra província”, acota Loyola
Argentina ratifico en el año 2002 la Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional, por Ley 25.632, y el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas especialmente mujeres y niños, el cual complementa a la Convención mencionada, conocido como Protocolo de Palermo, por Ley 25.763. “En ambos se comprometió a legislar sobre este delito pero no lo ha hecho. Teniendo en cuenta que más del 90 por ciento de lãs víctimas de trata son mujeres es que consideramos que cada Dia Internacional de la Mujer será propicio para exigir que el país cumpla com la palabra empenada que todavia es deuda”.
La Defensoría como institución defensora de derechos humanos, palpa en su tarea diaria el imperativo de reforzar la perspectiva de género en las interrelaciones familiares, laborales, sexuales y sociales. “No podremos avanzar en nuestro derrotero como mujeres realmente emancipadas sino comenzamos por la construcción con las nuevas generaciones, de nuestra personalidad, nuestra autoestima, y la reafirmación de nuestra valía, que nos permita posicionarnos como seres humanos que somos, ejerciendo y exigiendo nuestros derechos. Es por eso que creemos firmemente en el fortalecimiento de las organizaciones que trabajan en defensa de los derechos de las mujeres y el de las áreas mujer de los organismos gubernamentales, propiciando la capacitación de las mismas, sosteniendo el trabajo en red, entre las mismas”, dijo finalmente la defensora adjunta de la zona norte.
Fuente: Tomado de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Santa Fe.