FORMOSA: La toma de un colegio, un acto barbárico con el que perdemos todos

La lluvia de ayer descendió como una divina bendición, que vino a aplacar los caldeados ánimos y a purificar el ambiente enrarecido de los últimos días, debido al conflicto desatado en torno al desarrollo del acto eleccionario para cubrir cargos del Centro de Estudiantes del Colegio Juan José Silva de esta capital.

En lo que respecta a la Defensoría del Pueblo de la Provincia, la intervención se ha abierto luego de que apoderados de las listas que no habían podido oficializar su presentación por  no haber cumplido ciertos requisitos formales, acudieran al organismo en reclamo para poder participar de las elecciones. Más allá de que medie la necesidad de una pronta salida consensuada de la disputa, la misma ha alcanzado ribetes inusitados y vemos a una Comunidad formoseña azorada por actos que, a juicio propio y haciéndome cargo de lo que afirmo, nada tienen que ver con la idiosincrasia y los valores de nuestro Pueblo. Que la disputa entre un ciento, por más política que sea, ve de a miles, el derecho de acceder a la Educación y que conductas violentas, como lo es impedir el acceso a un edificio público, a cualquier persona, bajo amenazas, nada menos que a un Establecimiento Educativo y que tales acciones la lleven adelante los mismos alumnos, acompañados e incluso incitados por padres, profesores y hasta un diputado que se metió al baile, es vergonzoso. Han concurrido agentes de la Defensoría del Pueblo a pretender efectuar las constataciones que el caso amerita y se encontraron con la sorpresa de que un grupo de violentos les impidieron el acceso a algo que es de todos, un Colegio. Los azorados compañeros de trabajo regresaron espantados de ver una horda de jóvenes y adultos que amenazaban e insultaban a pares e incluso directivos del colegio, ante la mirada atónita de los circunstanciales testigos.
 
Como funcionarios, nos encontramos en la obligación de actuar y, desde la Defensoría, hemos girado las Actuaciones al Juzgado de Menores de la Primera Circunscripción Judicial, antes que nada, para que se salvaguarde la integridad psicofísica de los menores arrastrados al tumulto, resultando que el magistrado, Dr. Miers, remitió urgentemente las actuaciones a la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia, sin perjuicio de la intervención de la Justicia Ordinaria. Pero como madre no puedo dejar de preguntarme ¿que sociedad estamos heredando a nuestros hijos? Considero que no se puede guardar un silencio cómplice, se bastardean la Democracia, los Derechos Humanos y los Derechos del Niño, como parte integrante de los mismos, al invocarse tan fundamentales principios mientras se impide el acceso a un Establecimiento Educativo, tanto a educandos como educadores, violándose derechos constitucionales al pretenderse dueños de las llaves de un edificio público que, como tal, nos pertenece a todos y fundamentalmente se presenta un triste espectáculo al ver a jóvenes, incitados por sus propios progenitores, sus profesores y alguien que, supuestamente debería representarlos y asesorarlos y que como hombre del derecho sabe que “ la toma de un edificio público es un flagrante delito ” y quien la realiza, por ende “ es un delincuente ” y no hay que tener temor en decirlo. Más allá de las disputas entre las listas que se presentan a las elecciones en el Colegio, las cuales esperamos ayudar a que se solucionen pacíficamente, se ve que hay mayores que nada tienen que ver y que utilizan a las niñas, niños y jóvenes para dirimir sus pretensiones políticas, tomando, nada menos, que algo tan sagrado como lo es un Colegio como una arena de circo romano en la que, como gladiadores, pretenden que solo quede en pie el vencedor. Ojala el Altísimo nos ilumine a todos y que pueda triunfar la visión de la escuela como fuente para la formación de niños y jóvenes y no la de plaza de guerra en la que se ha convertido el Colegio Juan José Silva. Ojala que se pueda dar el ejemplo que en la búsqueda consensuada de alternativas pacíficas de resolución de conflictos se halle la salida para una situación que, a estas alturas, huelga decirlo “se ha salido de la madre” y que reclama un llamado a la cordura de sus actores pues, como estamos, PERDEMOS TODOS.

 
Dra. Sylvina Portillo
Defensora Adjunta del Pueblo de la Provincia de Formosa

FUENTE: Defensoría del Pueblo de Fornosa, Argentina.