CASTILLA-LA MANCHA: Goya en la Casa Perona

La colección de grabados “Desastres de la guerra” de Goya, en su primera edición de 1863, se expone desde el viernes 3 de septiembre en el recién inaugurado espacio expositivo “Los Derechos Humanos y la Cultura”, en la sede de la Oficina del Defensor del Pueblo de Castilla-La Mancha en Albacete, en la Casa Perona. Ochenta grabados en total, que muestran el desgarro de la violencia y el lamento en forma de grito rebelde contra la sinrazón de la guerra.

El pintor aragonés está considerado el mejor grabador del arte español y uno de los mejores del mundo junto a Durero y Rembrandt. Y dominó las técnicas, aprendidas en Italia, de lo que hasta el s. XIX fue, junto a la imprenta, la única técnica de reproducción seriada de imágenes, y por lo tanto un importante medio de comunicación de masas. Los “Desastres de la guerra”, junto a la “Tauromaquia”, los “Caprichos” y los “Proverbios o Disparates” componen las cuatro grandes series de grabados del artista.

Esta exposición, que permanecerá en Albacete hasta el 15 de octubre, es fruto del convenio de colaboración suscrito entre la Oficina del Defensor del Pueblo de Castilla-La Mancha y la Fundación Antonio Saura, y ha contado con la colaboración de la Obra Social y Cultural de CCM y del Círculo del Arte, entidad propietaria de los grabados.

Los grabados que componen los “Desastres de la guerra” comienzan a gestarse entre 1808 y 1810, cuando Goya realiza los primeros bocetos, impresionado por la experiencia personal vivida durante el levantamiento de Madrid y el asedio de Zaragoza, y después de constatar la devastación que sufría el país como consecuencia del enfrentamiento entre españoles y franceses. Entre 1810 y 1815 Goya graba las primeras planchas, pero de aquellos primeros juegos sólo se conserva el que regaló a su amigo Ceán Bermúdez, en la actualidad en el British Museum de Londres. La fuerte carga crítica de la obra, en especial contra la vuelta del régimen absolutista de Fernando VII, obligó a Goya a meditar sobre la conveniencia de editar los grabados, publicación que no se produjo sino hasta 1863, a cargo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Los 80 grabados de esta exposición pertenecen a esta primera edición de los “Desastres de la guerra”, cuyo título original, “Fatales consecuencias de la sangrienta guerra en España con Buonaparte. Y otros caprichos enfáticos en 85 estampas” supone toda una declaración de intenciones por parte del artista aragonés. Atemporal, cruel, desgarradora, crítica, imparcial, humanista y patética, la visión goyesca de la guerra y de sus consecuencias sobre combatientes y población civil, así como del regreso del absolutismo, constituye un mensaje dramático surgido a partir de una vivencia directa y personal que, sin embargo, trasciende cualquier límite cronológico o geográfico para convertirse en un mensaje universal antibelicista de enorme trascendencia.

La serie “Desastres de la guerra” se compone de 80 grabados numerados, a los que se añade un descriptivo epígrafe que explica sumariamente el contenido de la escena. Muchos de estos grabados se pueden asociar, formando pequeñas unidades con un sentido narrativo uniforme, o entre los que se anudan relaciones de causa-efecto muy evidentes. La mayor parte de los especialistas, además, establecen tres grandes bloques temáticos en los que dividir la serie: de la estampa 1 a la 47 las imágenes muestran la brutalidad y horror directo de la Guerra de la Independencia, con diversas escenas bélicas, de ajusticiamientos y muertes, o que reflejan la barbarie en la que se sumergieron los contendientes; entre las estampas 48 y 64 son representadas las consecuencias indirectas del conflicto, en especial las vividas por la población civil: el hambre, la enfermedad, la desesperanza o la muerte; y por último, a partir de la estampa 65, Goya representa lo que llamó “Caprichos enfáticos”, una serie de imágenes alegóricas especialmente críticas contra la reinstauración del absolutismo y los grupos sociales que apoyaron tal coyuntura.

La originalidad de los “Desastres de la guerra” se fundamenta además porque no sólo se trata de una narración gráfica de aquellos desgraciados acontecimientos (como si de un foto-reportaje periodístico se tratara) sino por la maestría que Goya demuestra en la composición de las imágenes y en sus técnicas de grabado, en especial por el innovador uso de la aguada, conseguida mediante la aplicación directa del aguafuerte con un pincel sobre la plancha, gracias a la que obtuvo suaves tonos de blanco que matizan las zonas iluminadas y se oponen a las tramas intensas y los definidos trazos lineales de muchas estampas.

El resultado es, en definitiva, un conjunto de imágenes desgarradas, de composiciones violentas, llenas de contrastes dramáticos y de alegorías, y portadoras de un significado que, más allá de la estética, nos transmite el intemporal e indudable mensaje de la sinrazón que irroga la guerra. La muestra podrá visitarse de lunes a viernes entre 10 de la mañana y dos de la tarde y entre seis y nueve por las tardes, así como los sábados 4 y 11 de septiembre, en ese mismo horario.

FUENTE: Defensor del Pueblo de Castilla-La Mancha, España.