Combatir el estigma que se genera ante personas infectadas por el VIH-Sida es una condición necesaria que permitirá establecer acciones favorables de prevención y atención a la población con esta enfermedad, fue la principal conclusión de la conferencia magistral “VIH-Sida y los Derechos Humanos”, impartida por Ricardo Hernández Forcada, director del Programa VIH-Sida de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
El Presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), José María Cázares Solórzano, indicó que una de las prioridades del organismo es acercar información a los grupos vulnerables de la sociedad, entre los que se incluye a las personas con el virus del VIH-Sida, con la finalidad de que conozcan sus derechos y los hagan efectivos.
El conferencista hizo un breve esbozo del desarrollo del virus del VIH-Sida en el mundo y los descubrimientos en el área de la salud para combatirlo y señaló que desde hace 5 años en México se tiene el derecho a recibir tratamiento contra la enfermedad de manera gratuita.
El funcionario de la CNDH, indicó que el mayor problema actual es el clima de estigma hacia la enfermedad y a quienes la padecen, lo que a la larga puede provocar actitudes discriminatorias y acciones que violentan sus derechos humanos.
Apuntó que en junio de 2003 se emitió la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y a raíz de las modificaciones en materia de derechos humanos a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual garantiza el derecho a la salud y refuerza los aspectos normativos para eliminar el rechazo y la discriminación por padecer VIH-Sida, además que en el año 2010 se emitió la Norma para el Tratamiento a las personas con VIH-Sida, cuya novedad es garantizar el derecho reproductivo de las mujeres, aún y cuando estas padezcan la enfermedad.
El conferencista dijo que entre los impactos negativos del estigma por el VIH-Sida se encuentran: el temor a hacerse la prueba y a buscar información para reducir el riesgo a exposición, así como para asumir conductas de cuidado por miedo a despertar sospechas, temor de las personas infectadas a asumir conductas abiertas y visibles respecto a su condición, dificultad para el desarrollo e implementación de campañas públicas de prevención directas y explícitas, miedo de las personas con VIH-Sida a buscar tratamiento, así como la dificultad para desarrollar e implementar políticas públicas para la atención, cuidado y acceso al tratamiento.
FUENTE: Comisión Estatal de Derechos Humanos de Michoacán