El 31 de mayo de cada año la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Mundial sin Tabaco, que fuera implementado por ese organismo en 1987 con la finalidad de generar conciencia mundial y alertar acerca de la epidemia del tabaquismo, cuyos efectos letales para la salud lo convierte en la segunda causa mundial de muerte, detrás de la hipertensión, y lo hace responsable del deceso de uno de cada diez adultos.
Este año la OMS estableció como eje temático “el género y el tabaco”, para lo cual hará especial hincapié en la mercadotecnia que esa industria dirige a las mujeres, destacando las 2.750 muertes diarias a causa del tabaquismo y los efectos nocivos y los serios problemas de salud a los que se exponen las 250 millones de fumadoras del mundo.
Las mujeres fumadoras son pasibles de contraer cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, colon, hígado, páncreas, cuello de útero, vejiga y riñón, y son el grupo con mayor riesgo de presentar enfermedades coronarias y cardiovasculares, incluso más que los hombres. De hecho, los cigarrillos light, bajos en nicotina y alquitrán y muy populares entre las féminas suelen producir mayores cantidades de monóxido de carbono, un importante factor de riesgo para este tipo de patologías que expone a las fumadoras de entre 45 y 74 años a un doble riesgo de muerte.
El tabaquismo es una epidemia prevenible, siendo la comunidad sanitaria la responsable de señalar sus peligros para la salud y de fomentar políticas eficaces que reduzcan su consumo.