La misión primordial de los defensores de los derechos humanos, consiste en velar por que los gobiernos respeten los derechos humanos y cumplan con lo establecido en la ley. No obstante, se requiere también de una nueva forma de pensar.
Las organizaciones de derechos humanos deben participar en los esfuerzos dirigidos a buscar el consenso sobre una definición integral del concepto del terrorismo en el derecho internacional. Un enfoque basado en las víctimas permitiría a dichas organizaciones aplicar los derechos humanos a una gama más amplia de cuestiones, y hacer su labor de defensoría más relevante para quienes sufren a causa de la violencia terrorista.
En el marco del cumplimiento de una década del ataque a las Torres Gemelas, del 11 de septiembre de 2001, Visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDHEP), asistieron hace unos días, al Centro Nacional de Derechos Humanos (CENADEH), en la ciudad de México, en donde el Doctor Investigador del CENADEH, Alán Arias Marín y los Doctores Carlos Ballesteros y Luis Gómez, Profesores Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), impartieron el tema: “Terrorismo y Derechos Humanos”.
En este sentido, en materia de derechos humanos, se planteó que la globalización ha sido un factor fundamental para la expansión del terrorismo en el mundo. Bajo el entendido de que los derechos humanos se garantizan bajo un Estado democrático, surge la gran paradoja entre libertad y seguridad.
Tanto la libertad como la seguridad, forman parte fundamental de los derechos humanos. Sin embargo, existe una relación inversa entre ellas, ya que en el caso específico del terrorismo, a mayor libertad, la seguridad disminuye y viceversa. Esto pone en riesgo las garantías individuales de libertad y seguridad.
La nueva manera de afrontar el problema del terrorismo delineada por Estados Unidos, tuvo repercusiones de gran magnitud no sólo en Europa, sino también en nuestro país, sobre todo porque las políticas migratorias en Estados Unidos se endurecieron, provocando grandes impactos en materia de derechos humanos.
Como consecuencia del 11 de septiembre, y a pesar de que en sus tratados internacionales la Unión Europea establece como base el respeto a los derechos humanos, en las jurisdicciones locales existen múltiples elementos que restringen la diversidad cultural. De tal manera que el impacto social que el terrorismo tuvo al interior de los diversos países que componen la Unión Europea, ha generado intolerancia racial y étnica, derivando en violentos enfrentamientos sociales que son susceptibles de vulnerar los derechos humanos vinculados a la libertad religiosa, libertad de expresión, entre otros.
Sin duda, el fenómeno global derivado del acto terrorista de hace 10 años, trae nuevos retos conceptuales y pragmáticos en materia de derechos humanos, ya que justifica el uso de la fuerza para la resolución de conflictos, no sólo a nivel internacional, sino también a nivel local.
FUENTE: Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos de Puebla