Este trabajo, realizado por Izaskun Orbegozo, Ana Isabel Pérez y Laura Pego, es fruto de una beca de investigación aplicada que otorga la institución del Ararteko con el objetivo de aportar elementos de reflexión que contribuyan a profundizar en una cultura de respeto a los Derechos Humanos.
El estudio analiza, mediante datos objetivos y rigor académico, la aplicación en la práctica de una figura controvertida, en virtud de la cual la Ley autoriza, excepcionalmente, la restricción de algunos derechos de los que es titular durante su detención la persona privada de libertad. La detención incomunicada resulta también controvertida porque puede propiciar la existencia de zonas de opacidad que dificulten objetivamente la habilitación de mecanismos eficaces de prevención de la tortura o malos tratos o de investigación, en caso de denuncias.
Numerosos organismos internacionales (Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas o Amnistía Internacional) han mostrado su preocupación y se han posicionado al respecto.
También el Ararteko se ha venido haciendo eco de esa preocupación (Declaración sobre la Tortura de 21 de diciembre de 2004).
El debate acerca de la detención incomunicada debería estar desprovisto de apriorismos; por ello insistimos en que la ética de los Derechos Humanos no se puede relativizar, sino que cada uno de ellos debe ser respetado y salvaguardado específica e individualmente.
El debate sobre la detención incomunicada debe ser sereno, desprovisto de prejuicios y basado en la experiencia práctica, a lo cual contribuye, en nuestra opinión, este estudio.
Vitoria-Gasteiz, 5 de febrero de 2010
Fuente: Tomado del Ararteko