La Defensoría del Vecino de Montevideo, ha presentado en estos días su 5° Informe Anual, como lo establece el artículo 15°, del Decreto de la Junta Departamental N° 30592.
Más allá de cumplir con la norma, el informe anual, cumple con el objetivo de ser una herramienta de rendición de cuentas ante la ciudadanía, es también la sistematización del acontecer cotidiano de la Institución, y además es la recopilación histórica de nuestra actuación, donde se muestra el proceso de construcción y de consolidación de la Defensoría del Vecino, como primer Defensoría de carácter territorial, en el marco del instituto del ombudsman y los Principios de París de Naciones Unidas.
En estos cinco años de existencia, la Institución ha podido demostrar que se ha integrado al mapa institucional de las organizaciones de la democracia en el País, y que ya forma parte de la estructura del Estado, como institución independiente, autónoma que vigila y actúa para garantizar los derechos de los ciudadanos. En este sentido las más de 7500 situaciones con las que la Defensoría ha trabajado en estos cinco años revela la confianza creciente que los montevideanos van depositando en la misma, a lo que se le agrega el factor consulta que la Institución recibe de distintos ámbitos que trabajan en las temáticas referidas a las políticas públicas.
En Montevideo, y esto puede tener repercusiones en todo el País, se va creando una cultura que se incorpora a la práctica cotidiana de distintas actores, los medios, la justicia, la academia, el sistema político, la ciudadanía en general, etc., que tiene que ver con incorporar la mirada de una Defensoría del Pueblo, que analiza con capacidad técnica e independencia, la relación entre las responsabilidad del Estado, el desarrollo de las políticas públicas y los derechos de los ciudadanos.
En una democracia moderna que pretende estar cada vez más al servicio de las garantías de los derechos de las personas, este tipo de instituciones, creadas con claro perfil técnico, protegidas contra las tentaciones de actores que pudieran pretender limitar su independencia, son un aporte sustantivo en la mejora de la relación de los administrados con sus administraciones públicas, para hacer de este vínculo un beneficios para el logro de la pública felicidad.
Como Defensor del Vecino de Montevideo, me encuentro desafiado día a día, junto a todo el equipo técnico, a confirmar este camino y brindar a la ciudadanía no una estructura más del Estado sino una verdadera garantía de derechos. Para los Montevideanos, tener una Defensoría del Vecino ya es un derecho.
FUENTE: Defensoría del Vecino de Montevideo