Esta fecha la instauraron las propias mujeres afro en el 1er Encuentro de Mujeres Negras en República Dominicana en el año 1992; encuentro que realizaron como respuesta a las conmemoraciones de los 500 años del descubrimiento de América. Desde entonces esa fecha es propicia para ampliar la toma de conciencia acerca de la opresión de género y etnia que experimentan millones de mujeres en la región, en especial en aquellos países donde constituyen un alto porcentaje de la población total.
No existe un solo modelo de mujer, coexisten una infinidad de modos de ser mujer, de ejercer la feminidad, y por tanto diversas formas de feminismo, es por ello que hoy se hace necesario visibilizar las experiencias de las mujeres afrodescendientes, sus especificidades, aquellas que nadie o muy pocos y pocas han contado, ni el feminismo ni los movimientos en afro-resistencia.
El sufrimiento, la opresión y la desigualdad ha de experimentarse de diversas formas, distinguiéndose, profundizándose y/o agravándose por la pertenencia del o la sujeto a un determinado grupo racial, económico, político, su situación geográfica, como asimismo su identidad sexual. La mujer afrodescendiente sufre así la opresión de ser mujer, y la discriminación racial, que empeora si además es pobre…
Las mujeres afrodescendientes se han organizado por sus derechos, y están avanzado en conquistar su reconocimiento y vencer las barreras discriminatorias. Sin embargo, este proceso no deben hacerlo solas, sino que entre todas y todos debemos sumar esfuerzos y pensar políticas de integración, para que todas las mujeres puedan ejercer plenamente sus derechos, eliminando todas las formas de discriminación.