El 17 de octubre de cada año se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1992, con el propósito de promover mayor conciencia sobre las necesidades para erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en los países en desarrollo.
3000 millones de personas viven hoy en el mundo con menos de dos dólares por día; 8 millones de niños y niñas mueren cada año a causa de las condiciones paupérrimas de su existencia. Entretanto, 150 millones de niños y niñas se encuentran afectados de malnutrición y 100 millones más viven en la calle en la más absoluta indigencia. 1200 millones no tienen acceso a agua potable; 1000 millones carecen de vivienda; 2000 millones de personas anémicas por falta de hierro en su dieta; 800 millones no tienen acceso básico a la salud; 2000 millones carecen de acceso a medicamentos.
En la década de 1980, algunas feministas comenzaron a analizar el fenómeno de la pobreza desde una perspectiva de género. Identificaron una serie de fenómenos dentro de la pobreza que afectaban de manera específica a las mujeres y señalaron que la cantidad de mujeres pobres era mayor a la de los hombres, que la pobreza de las mujeres era más aguda que la de los hombres y que existía una tendencia a un aumento más marcado de la pobreza femenina, particularmente relacionada con el aumento de los hogares con jefatura femenina. Para dar cuenta de este conjunto de fenómenos se utilizó el concepto de “feminización de la pobreza”.
Dos tercios de las personas pobres en el mundo son mujeres. Ellas sufren más que los hombres las distintas formas de pobreza, puesto que son víctima de flagrantes desigualdades: acceso desigual a la educación, a la salud, a los medios de producción, a la propiedad y a los puestos de responsabilidad política. Sin embargo, las mujeres desempeñan un papel productivo y social importante para la comunidad: labores agrícolas y ganaderas, comercio e ingresos financieros, relaciones sociales, educación y cuidado de los niños, etc.
Pese a que producen del 60 al 80% de los alimentos en los países en desarrollo, las mujeres poseen sólo el 1% de la tierra Tanto en países en desarrollo como en países desarrollados, las mujeres ganan menos que los hombres por el mismo trabajo. Como consecuencia de ello, incluso en los países ricos muchas mujeres viven en relativa pobreza, especialmente si carecen de pareja y tienen personas a su cargo. Además, tres cuartas partes de la población adulta analfabeta también son mujeres.
En la Cumbre del Milenio, los jefes de estado y de gobierno se comprometieron a reducir a la mitad, hasta el año 2015, el porcentaje de las personas que viven en la indigencia, cuyos ingresos sean inferiores a $1 dólar por día.