El 12 de febrero de 2002 entró en vigor el Protocolo Facultativo a la Convención sobre los Derechos del Niño, impulsado por Naciones Unidas, que elevaba la edad mínima de reclutamiento y participación en hostilidades de 15 a 18 años. Este protocolo lo han firmado ya 110 países y 66 lo han ratificado. Pero las últimas investigaciones de la ONU y de la Coalición Internacional para Acabar con la Utilización de Niños Soldado, creada en 1998, demuestran que en algunos de estos países se utilizan niños soldado en los conflictos que se libran en su interior.
Niños y niñas soldado existen en lugares como Afganistán, Myanmar, Chad, Colombia, Filipinas, India, Irak, Palestina, República Centroafricana, República Democrática del Congo (RDC), Somalia, Sri Lanka, Sudán, Tailandia y Uganda. Pero no solo el Tercer Mundo es testigo de este abuso, ya que ejércitos de países tan desarrollados como EE UU, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Australia también tienen en sus filas a chicos y chicas que no alcanzan la mayoría de edad.
La misión es clara: acabar con la existencia de los niños y niñas soldado y lograr su reinserción en la sociedad mediante programas de reunificación familiar, asesoramiento social, educación y formación profesional.
Tal y como se establece en los Principios de Ciudad del Cabo (1997), un niño soldado es toda persona menor de 18 años que forma parte de cualquier fuerza armada regular o irregular en la capacidad que sea, lo que comprende, entre otros, cocineros, porteadores, mensajeros o cualquiera que acompañe a dichos grupos, salvo los familiares. La definición incluye a las niñas reclutadas con fines sexuales y para matrimonios forzados.
Según datos de Amnistía Internacional, más de 300.000 menores participan en conflictos bélicos en unos 86 países del mundo. El 40% son chicas