En 1988 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) propuso conmemorar cada 11 de junio el “Día Mundial de la Población”, considerando la celebración que se había efectuado el año anterior al llegar a una población munidal de 5 mil millones de habitantes. A partir de entonces, gobiernos de todo el mundo y organizaciones nacionales e internacionales utilizan este día para alertar sobre los problemas demográficos existentes y advertir la importancia de contemplarlos a la hora de trazar planificaciones para un desarrollo sustentable de las poblaciones.
Las mujeres y niñas representan el 70% de los pobres en el mundo, sufren una clara inequidad en la distribución del ingreso; si se contabiliza el trabajo doméstico, representan el 66% de la mano de obra mundial y poseen el 1% de la riqueza; son las más afectadas frente a la carencia de estrategias y acciones para el desarrollo en materia de salud, educación, trabajo y participación política.
Si bien las mujeres hemos logrado mejorar nuestra posición en la sociedad y hemos incrementado nuestra participación, aún no existe ningún país en el mundo donde las mujeres gocen de iguales derechos y oportunidades que los varones, porque todavía persisten prácticas discriminatorias que limitan el goce y ejercicio pleno de nuestros derechos. Es por eso que resulta interesante recordar en este día que en todas las problemáticas mundiales, las mujeres seguimos siendo hoy las más perjudicadas.