Con el compromiso de acordar e impulsar acciones para combatir la trata y tráfico de personas, la defensa de los derechos laborales de los migrantes en los países andinos y el fortalecimiento en el intercambio y coordinación interinstitucional, los Defensores del Pueblo de Bolivia, Venezuela, Ecuador y Perú inauguraron este martes el Encuentro Ordinario del Consejo Andino de Defensores del Pueblo.
El Defensor boliviano, Rolando Villena, quien preside esa instancia desde marzo pasado, en su discurso, manifestó que uno de los temas que más preocupa es el recrudecimiento de formas de vulneración de derechos humanos como la trata y tráfico, que dejan en evidencia que en pleno siglo XXI se reproducen formas de esclavitud que “nos afectaron como continente y como humanidad hace más de 300 años, pero con la diferencia que esas realidades hoy son más solapadas, complejas e inhumanas”.
En ese marco, convocó a sus pares y a los estados andinos a generar mayores espacios de trabajo y reflexión conjunta sobre esta problemática que afecta, fundamentalmente a niños, niñas, adolescentes y mujeres; y sobre la explotación, persecución y violencia contra los migrantes.
“Esto no puede ser enfrentado de manera dispersa y desarticulada. Las grandes mafias que lucran con este delito no conocen fronteras ni territorios y de ahí que es necesario incidir sobre nuestros Estados para que se aborde la problemática de manera coordinada, pero también es urgente que las propias Defensorías trabajemos de manera conjunta por ejemplo en los ámbitos de la información, la comunicación y la educación”, remarcó.
Su colega de Ecuador, Ramiro Rivadeneira, convocó a la ciudadanía a tomar conciencia de la gravedad de estos actos y denunciarlos para que no queden en la impunidad, pues si no son sancionados se seguirá incurriendo en este delito.
Por otro lado, Villena destacó los avances logrados en la defensa, vigencia y promoción de los derechos humanos en la región andina en los últimos años, en los que se dio un redimensionamiento y una reconceptualización, pasando de una mirada individual a una colectiva.
“Hoy en la región nos entendemos como sociedades abigarradas, diversas y múltiples, compuestas por múltiples visiones y concepciones, y somos capaces de reconocer en cada grupo y comunidad, una serie de derechos y prerrogativas legítimas, pero sobre todo estamos aprendiendo a respetar y apreciar esas diferencias. Y ese es un avance fundamental que se expresa de manera gráfica en una mayor participación social y una ampliación de los espacios de vigilancia y de control del pueblo hacia los gobernantes y los estamentos de poder”, afirmó.
Estos cambios, dijo, han tenido un alto impacto en el ámbito político y especialmente en la legislación, como el caso de Bolivia, que ha cambiado su Constitución aumentando el reconocimiento de los derechos de 50 a más de 200 o el caso de Venezuela y Ecuador, que han profundizado y aumentado los derechos devolviendo a los ciudadanos y ciudadanas prerrogativas que les fueron negadas o que simplemente eran invisibilizadas.
Empero, reflexionó, hay otros temas en los que hay que trabajar como es la violencia, que está minando las bases estructurales de la convivencia en la mayoría de los países. “Pero la violencia no sólo es delictiva, está presente en espacios y ámbitos tan variados como la escuela, la familia, los espacios públicos o el trabajo”, remarcó.
En el marco del encuentro del CADP, que se desarrolla en el hotel Camino Real y que finalizará este miércoles, los Defensores junto a sus equipos técnicos evaluarán la situación de la problemática de la trata y tráfico y la conflictividad socioambiental en la región andina y el rol de las Defensorías del Pueblo en ambos temas. Las conclusiones de este trabajo se darán a conocer en la clausura del evento.
Fuente: Defensoría del Pueblo de Bolivia